BALONMANO / COPA DE CASTILLA Y LEÓN
Hay cosas que no cambian en la Copa de Castilla y León de balonmano
El Recoletas, el eterno convidado de piedra, vuelve a perder una final de la Copa de Castilla y León ante su archirrival Ademar de León que suma su sexto entorchado
Hay cosas que parecen no cambiar. Guiones escritos. Finales conocidos pese a que la historia en las páginas centrales puedan incitar a otro desenlace diferente. Así es la Copa de Castilla y León de balonmano. Una competición para el Ademar de león, dueño y señor en sus seis ediciones. Ayer el Recoletas, el vecino ilustre y convidado de piedra por los siglos de los siglos volvió a ser víctima de una historia largamente repetida.
Remar y remar para acabar muriendo en la orilla ante un adversario, esta vez, un tanto 'vallisoletanizado' con la presencia del entrenador Dani Gordo, en su regreso a la que fue su casa, y del novel portero Álvaro Pérez que incomprensiblemente dejó escapar el Recoletas.
Un derbi con la salsa de los derbis aunque quizás con la añoranza del siempre efervescente Manolo Cadenas en el banquillo leonés. Un derbi disputado pero que acabó, como casi siempre (al menos en la Copa) del lado del teórico más fuerte. Un Ademar de león, que pese a las bajas, supo no solo plantar cara sino despertar de su letargo tras el descanso. Y es que los pupilos de Dani Gordo, siempre a rebujo en el electrónico del pabellón arandino, caían por tres goles en el ecuador (11-14).
Pero la segunda mitad fue otra historia con una salida en tromba del Ademar (5-0 de salida y 8-1 en el minuto 10, de parciales) para acabar atascando a un Recoletas que se quedó seco con solo 12 goles por 18 de su rival.
Si en la primera mitad el recoletas brilló con luz propia gracias al liderazgo de su campeón del mundo Alejandro Pisonero y sobre todo a la eficiencia defensiva en el bloque central, tras la reanudación la tarjeta roja al especialista defensivo Roberto Rosell (min.37) sirvió en cierto modo para cambiar el panorama y precipitar al conjunto vallisoletano, desesperado por las pérdidas de balón y abocado a un todo o nada con el famoso pero a la vez siempre peligroso ‘siete contra seis’.
El siempre generosos pundonor vallisoletano le sirvió para arreglar el desaguisado acercándose en el marcador pero el esfuerzo, quizás tardío, fue insuficiente ante un Ademar de León en el que su jugador Santista ponía la puntilla y un nuevo título autonómico para añadir a sus vitrinas (29-26).