Sergio de Larrea, el nuevo 'chico de oro' del baloncesto vallisoletano

Nada ocurre por casualidad. Alguien dijo:  El trabajo desgasta, pero pule  y abrillanta. Y ese concienciado y sobre todo programado trabajo, desde pequeño, otorga el brillo de una medalla, de una medalla de oro, de una medalla mundial única acorde a la que ganaron los Gasol, Navarro y compañía aquel verano del 99 en Lisboa. 24 años después España puede presumir de una nueva generación de oro que abre una más que ilusionante ventana al futuro. Y entre esos júniors de oro que se proclamaron en la tarde-noche del pasado domingo en la localidad húngara de Debrecen se encuentra un vallisoletano, Sergio de Larrea . Y con un año menos. Ahí es nada.

 

De puntillas y prácticamente sin hacer ruido Sergio de Larrea ve recompensada su increíble apuesta o cuanto menos apuesta que se sale de lo normal como fue aguantar en el colegio, en 'su' colegio, san Agustín,  haciendo oídos sordos a los cantos de sirena no solo del primer club de su ciudad, Real Valladolid Baloncesto, sino de más de una cantera de la ACB. Una larga espera para triunfar con San Agustín antes de dar el salto al Valencia Basket , donde un vallisoletano Chechu Mulero, por entonces director deportivo del club taronja, le puso con mimo la alfombra roja. Un club en el que también hay otro vallisoletano, en su día también perla preciada del baloncesto vallisoletano como es Fernando San Emeterio.

Sergio de Larrea, 'Larry', ha conseguido lo más difícil como es hacer realidad los pronósticos que le encumbraban desde pequeño. Debutó en la LEB-Plata, en la ACB, en la Euroliga... y ahora con la selección española, con una nueva generación de oro, asciende a los altares en el Mundial Sub-19. El futuro, dicen, que es suyo como el de sus compañeros de equipo, los Almansa (MVP del Campeonato), Villar, Miller, Nogués, Garuba y compañía.

E l nuevo chico de oro se ha ganado ser etiquetado como e l nuevo referente del baloncesto vallisoletano como antes lo fueran Ricardo Peral, Lalo García, Roberto Morentin, Fernando San Emeterio, Sergio de la Fuente o Miguel González , la última perla salida de la cantera.

Sergio de Larrea, fiel a la enseñanza inculcada desde pequeño por sus padres ('Larry' y Nuria), sin lugar a dudas una parte importante y... determinante en su aprendizaje, no pierde el norte pese a una hazaña que no se lograba en España desde aquel todavía recordado 1999 en Lisboa con la generación de oro de los Gasol y compañía. Al final todo tiene que pasar por algo. Son muchos años. Hemos trabajado mucho para llegar hasta aquí. Al final el trabajo tiene su recompensa. La verdad es que es difícil de asimilar todo lo que me está pasando en tan poco tiempo. Son acontecimientos increíbles y que cualquiera hubiera soñado y por ello tengo que tener los pies en el suelo. Es cierto que esto no pasa todos los días pero por ello no eres más que el resto. Hay que saber de donde vienes", recuerda.

Larrea es la excepción que confirma la regla al apostar desde el inicio por aguantar en el colegio antes de dar el gran salto (el pasado año ya en categoría júnior) a un club poderoso, en este caso el Valencia Basket de ACB. "Siempre es posible llegar desde el colegio. Afortunadamente jugué en el colegio, en San Agustín, y ha sido una forma de aprendizaje que posiblemente en un club no hubiera tenido. Poco a poco, paso a paso, y sin prisa hemos forjado un camino".

Sergio de Larrea no olvida a sus padres. "Todo el mérito se lo doy a mi familia, a mis padres, que siempre han intentado llevarme por el buen camino. Siempre hemos hecho las cosas con paciencia valorando todas las posibles salidas".

El jugador vallisoletano del Valencia Basket, al que aún le quedan tres años de contrato con el club taronja ACB se muestra cauto pese al logro conseguido. "Sería un sueño o conseguir lo que han hecho aquella generación. Todavía no está nada claro. Somos muy jóvenes. Tenemos 17-18 años y no hemos hecho nada aún. El camino es muy largo. Ojalá que podamos seguir en el muchos años. Hay que tener los pies en el suelo ahora más que nunca", repitió.

El éxito de Sergio de Larrea no ha caído en saco roto, todo lo contrario. Pese a vivir en Valencia, en la Urbanización Pinar de Simancas , donde viven sus padres y su hermano, siguieron con especial atención el Mundial Sub19. Así, en el bar de la urbanización, cada vez que jugaba la España de 'Larry' , se congregaron los vecinos para ver a 'su'  jugador campeón. Sergio agradecía el apoyo desde la distancia. "¿Se juntaron para ver los partidos? ¡Qué bueno! estoy agradecido a todos mis vecinos de Pinar de Simancas por seguirme".

  Las alabanzas a su trabajo, su evolución y su más que prometedor futuro, no dejan de llegar. La primera de uno de sus 'descubridores, " Pipo ", uno de sus entrenadores en san Agustín. "Un exalumno y exjugador del colegio ha conseguido ser campeón del Mundo en una disciplina tan disputada como el baloncesto. Orgullosos de todo lo que ha conseguido y seguro que seguirá dando grandes noticias para nuestro colegio".

Desde la Federación de Baloncesto de Castilla y León, su presidente Óscar Castañeda , también mostró la alegría que supone esta hazaña. "Nunca un jugador de Castilla y León llego a su edad a la elite donde Sergio se encuentra. Es sin duda  el triunfo del baloncesto de Colegio".

El primer entrenador del UEMC Real Valladolid Baloncesto, Paco García,   también quiso unirse a las felicitaciones. "Es un motivo de orgullo, primero para sus padres por el trabajo bien hecho. Y después para el baloncesto de Valladolid que un jugador suyo forme parte de la mejor generación del mundo"