Diario de Valladolid

FÚTBOL / REAL VALLADOLID

El Real Valladolid se va a Segunda por inútil

Ejercicio total de impotencia de un Real Valladolid paralizado que no generó ocasiones de gol ante el Getafe pese a que la afición lo llevó en volandas / Sólo estuvo fuera del descenso los minutos que ganaba el Espanyol

Larin, cabizbajo tras el descenso.

Larin, cabizbajo tras el descenso.

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Seguro que usted tendrá ganas de enfadarse, gritar y hasta de blasfemar. Y yo. Para calmarnos, le voy a recordar el chiste del que iba todos los días a la iglesia para pedirle al Cristo que le tocase la lotería. Tal era su fervor que, después de cinco horas diarias durante tres meses, el Cristo se bajó de la cruz y le dijo: «Yo te ayudo pero, hijo mío, ¡compra de una vez el décimo!».

Es justo lo que le ha pasado al Real Valladolid. Está en Segunda. Todos oramos, pedimos, rogamos e hicimos lo humanamente posible llevándolo en volandas para  que en último partido, en el que se jugaba la vida ganase. Sólo tenía que hacer eso. Ganar. Incluso menos: intentar ganar.

Pero se le olvidó comprar el décimo.

El Pucela está en Segunda por méritos propios. Se esperaba que, en su terreno, saliesen Braveheart y sus mesnadas, con cabeza fría pero con fuerza imparable. Sin embargo lo que apareció por el túnel de vestuarios fue una camada de gatitos muy cuquis pero más inofensivos que una esponja. 

Al equipo le pudieron la presión y los nervios, justo lo que nunca puede aparecer en un profesional. O, mejor dicho, siempre surgen, pero siempre se ocultan por la profesionalidad. La que no se vio por ningún lado en el Real Valladolid, un personaje de The Walking Dead justo el día en que el equipo se jugaba la vida y su furia tenía que sentirse. 

Porque, en resumidas cuentas, el Real Valladolid tuvo miedo a ganar. Pagó su cobardía con el descenso y, lo que es aún peor, sin poder agarrarse a la mala suerte o a la indignación, porque no emitió señal alguna de que podía estar en la lucha para la salvación. Todo lo bueno de cara a la permanencia llegó desde fuera, con ese Espanyol que a punto estuvo de ganar al Almería y ese penalti que podía indignar si no fuese porque el juego albivioleta no le permite indignarse más que consigo mismo.

Basta un repaso de las cifras para ser conscientes del partido que perpetró el Pucela. Ni  un tiro a puerta. Doce tiros fuera, pero como una forma de quitarse de encima el balón, más que de disparar. El único disparo  con posibilidades de acabar en gol fue el ejecutado por Plata en el minuto 90. El cuero fue cerca de la escuadra. Cerca. Ni besándola ni rozando el metal. Cerca.

Lo demás fueron tres tiros altos de Aguado, otro cabezazo muy por encima del travesaño de Larin  y una espuela del canadiense que no iba ni a puerta. El Getafe de Bordalás, más de Bordalás que nunca, sólo tuvo una pero fue casi gol. Masip voló para sacar sobre la línea un testarazo del ex pucelano Mata.   

Lo mas doloroso fue el ejercicio de impotencia de principio a fin que desarrolló el Real Valladolid. Nunca hubo un plan de partido. Con el equipo roto en dos, Mesa mandaba balones largos para que se perdiesen, uno tras otro. Aguado fallaba controles de alevín, por el centro el Pucela estaba bien tapado y las bandas y Larin no existieron. No hubo una puñetera jugada enhebrada con tres o cuatro pases y desmarques de ruptura. Ni una.

  •  

Y ahí es donde entra Pezzolano. Fue incapaz de cambiar el guión del partido pese a ver cómo una vez tras otra el equipo se estrellaba contra un muro. Luis Pérez venía de lesión larga pero fue titular, para ser cambiado... por Rosa. Fresneda, el jugador más caro del equipo, en el banquillo. El uruguayo cogió al equipo fuera del descenso y lo ha bajado. Si sigue, aunque lo suba, ¿qué garantías hay de que lo haga bien en Primera?

Las mismas de que su jefe y mentor, Ronaldo, no se dedique a administrar migajas, sin inyectar dinero a un equipo que no puede subsistir con billetes de Monopoly. El brasileño ha hecho de él un ascensor de sube y baja rápido. Hasta que no tenga fuerza para subir. Es final de ciclo en Zorrilla. Lo debería ser para muchos. Y de arriba a abajo , pero por las escaleras.

tracking