Pezzolano tras el descenso: «El vestuario está destrozado»

Paulo Pezzolano llegaba anímicamente tocado a sala de prensa para destacar el sentir de sus jugadores con un «vestuario que está destrozado». El técnico uruguayo lamentaba no haber conseguido «el objetivo que teníamos que lograr y después a la afición no le puedo decir nada, es un momento durísimo. Agradecerle por todo el empuje que le dio, no podían hacer más».

Rompió a llorar cuando fue preguntado por ese vínculo generado con la ciudad y aseveró que «hay gente que se entrega al 100% y sufre porque primero es la empatía y lo que siente el aficionado, el jugador dentro del vestuario. Es un golpe duro, yo preparo a los jugadores para ganar».

Pezzolano se mostraba «tranquilo porque hice todo lo que estaba a mi alcance desde que llegamos, se sufrió mucho físicamente, muchas bajas en momentos clave y nos cuestan puntos. Físicamente tienes que estar muy preparados para competir hasta lo último». Y pidió tiempo para la «reflexión» porque «de puertas adentro repasar lo que se hizo mal, que podemos mejorar para el futuro y repasar lo que se podía haber hecho antes. Hoy no vale de nada, pero sí para el futuro», dejando abierta la puerta a su continuidad, algo que podría confirmarse este lunes, a las 11.00 horas, cuando comparezca Ronaldo Nazario en sala de prensa.

A la afición le agradeció «todo el empuje que le dio, no podían hacer más» y les envió un mensaje: «Hay que trabajar pronto para que el Real Valladolid vuelva a Primera, es una ciudad espectacular».

Sobre el partido, indicó que «desde el minuto 0 salimos a buscar el resultado, hay que ver la virtud del rival, son muy duros y hacen relevos rápidos, saben jugar este tipo de partidos». 

La otra cara de la moneda la ofrecía en sala de prensa José Bordalás, técnico del Getafe que aseguraba sentir «una sensación de bienestar, de felicidad muy grande pero no por mí sino por los aficionados, por el presidente y por la gente que estaba sufriendo y estaban bastante tocados. Afortunadamente hemos tenido esta recompensa y estamos muy felices y muy contentos».

En el vestuario se escuchaban gritos de felicidad y se vivía intensamente la salvación, el propio técnico afirmaba que «me han bañado y están muy felices los chicos porque realmente lo han pasado bastante mal, han sufrido mucho».