Cruel condena al cuarto partido para el Real Valladolid Baloncesto

Así se las ponían a Fernando VII. Un dicho que bien podría resumir el partido que tuvo en sus manos el Real Valladolid baloncesto para sentenciar su pase a la codiciada Final Four. Porque el equipo de Paco García, de nuevo como forastero al tran tran, con momentos de desconexión y a la vez de brillantez, hizo lo más difícil como era meterse en el partido cuando era claramente superado por un rival, con mucho trabajo y disciplina táctica encima.

Nadie, absolutamente nadie hubiera apostado por la resurrección de un equipo que era doblado en valoración al descanso (51-26) y que perdía por 18 puntos cuando solo faltaba por jugarse el último cuarto en un Barris Nord especialmente caldeado e irascible con el arbitraje.

Pero la fe del Real Valladolid movió la montaña. De puntillas y sin apenas hacer ruido. Lo que parecía imposible. Revivir cuando parecía sepultado. Y en solo seis minutos, con su capitán Sergio de la Fuente al mando de las operaciones desde esa línea, la de tres puntos, que le había llevado a la condena antes del descanso. Pero tres triples suyos consecutivos ejercieron de faro de  un increíble parcial de 5-21 para meterse de nuevo en partido.

Había que frotarse los ojos, sí. Del 58-40 a un 63-61 en el marcador con cuatro minutos para soñar. Pero el sueño se convirtió en pesadilla por dos simples errores, fruto de la ansiedad, de Belemene, con una pérdida en su campo y un balón mal jugado, para regalar oxígeno y tranquilidad a un Lleida que hasta la desconexión  había  jugado sus cartas a la perfección ganando la batalla que tenía perdida de antemano como era la del juego interior.

Y es que la fortaleza interior de Lleida (14 rebotes en ataque) unido a la inusual actividad de Sidibe, Vucetic, Bakovic y López de la Torre, que supieron aprovechar el sesteo de sus pares (N’Guessan en su peor partido, Allen por falta de continuidad y atención, y Kuiper y Mazaira, por invisibilidad), acabó decantando la, de nuevo, nivelada balanza, esta vez del lado ilerdense. Porque Sergio, abierto, y Pantzar, aguantaron la estampida de Juani Marcos. Derrota (77-71) y condena al cuarto partido  en dos días, sábado (19.00 horas).

El Real Valladolid supo sufrir en el soliviantado 'infierno del norte' del Barris Nord. Sufrió de nuevo en la salida de balón en transición ante la zona-press 2-2-1 de Lleida, pero supo revivir en buena parte también gracias a su pizarra, con una defensa 1-3-1 de ajustes que, casualidad o no, coincidió con el apagón del Lleida en ataque. Lástima que no supieran cerrar mejor el rebote defensivo. El jueves, cuarta batalla. la pregunta es obligada. ¿Habrá quinta y definitiva el próximo jueves en Pisuerga? El jueves lo sabremos.