FÚTBOL / REAL VALLADOLID
El Real Valladolid desprende aroma a descenso
El equipo de Pezzolano cae ante el Cádiz y suma su quinta derrota consecutiva, que esta jornada le puede incrustar en el pozo de la clasificación / Pésimo juego blanquivioleta sin tiros a puerta y mala actuación arbitral
El Real Valladolid es el cojo en un encierro al que además le quitan la muleta. Ya saben a por quién va el toro. Quinta derrota consecutiva para los de Pezzolano, cuyo aroma a descenso es cada vez más inconfundible. Lo que era olor a perfume en el comienzo del uruguayo se ha transformado en peste de tubería atrancada. El que ahora huele a Chanel 5 es el Cádiz, a un paso de la salvación gracias a su rival.
La cojera de los blanquivioleta es culpa suya, por un juego cada vez más rácano, roto, inane y triste. El equipo ha entrado en bucle después del error de Masip en Mestalla. De verse con 38 puntos en la jornada 31, se ve con 35 en la jornada 35.
Así se fraguan los descensos. Con un equipo sin dirección, sin ideas, al que le quema el balón, incapaz de ensanchar el campo, agotado físicamente en la segunda mitad y con jugadores que deben marcar diferencias, como Kenedy y Machis, entrando al campo despues del 1-0 y el 2-0, respectivamente. Para eso, que no vayan.
Luego está el que roba la muleta al cojo. El del silbato. Si por condiciones naturales el Pucela tiene difícil huir del astado, sin el báculo la cogida es cuestión de tiempo.
Munuera primero concede penalti en una jugada precedida por un tortazo de Luis Hernández a Kike. La jugada sigue y Chris Ramos parece estar en fuera de juego. Las imágenes ofrecidas no clarifican, sino que emborronan. Hay un toque con la mano y El Yamiq entra al ex blanquivioleta, pero éste pierde solo el balón. Munuera ni va al VAR. Se lo dicen. Penalti y Alcaraz lo falla, pegando en el larguero.
Pero hay más. Con 0-0, Espino saca la cadera en el área para derribar a Rosa. Y lo voltea. El Pacha sube enseguida los brazos, señal secular de culpabilidad. ‘Sigan’, para Munuera, que después expulsa a Hongla por un impacto de amarilla a Lozano. Hasta el cuarto árbitro se lo dijo en dos ocasiones. Pero no había que apartarse del guión.
El Real Valladolid se desangra hacia la Segunda pero no todo es cuestión arbitral. No nos hagamos trampas al solitario. El equipo cada vez exhibe menos argumentos futbolísticos, las alineaciones varían en nombre y táctica cuando Pezzolano dijo que era de onces fijos y el equipo está muerto físicamente.Más que muerto, quemado. La gasolina no llega para 90 minutos y su actual proceso es de derrucción.
Baste decir que Ledesma fue un espectador hasta que Olaza remachó un saque de falta entre los tres palos y el portero sacó el balón... en el minuto 91. Durante la primera parte hubo acercamiento que se evaporaban al llegar al área. El dúo de puntas Larin-León no funcionó.
Un tiro flojo de canadiense en el primer minuto fue la mejor contribución ofensiva en esta mitad, marcada por el penalti fallado por Alcaraz y dos tiros de Bongonda en los que frisó el gol. El Pucela atacaba aturullado y por el centro, poniéndoselo muy fácil al Cádiz.
La segunda mitad comenzó muy trabada. Lo habitual en dos equipos que se juegan la vida. Tras el no penalti a Rosa llegó el tanto de Bongonda. Un tiro desde fuera del área que pegó en la parte interior del larguero entró. Un golazo... al que contribuyeron los defensas pucelanos que le dejaron avanzar en horizontal para buscar un mejor ángulo de disparo. Aguado, el más cercano, no le encimó pero estuvo en el lugar ideal para sacar la foto.
El tanto descompuso al Pucela, que seis minutos después se tragó una contra y Javi Sánchez derribó con total claridad a Lozano. Bongonda marcó desde los once metros y se acabó la historia del partido. Para que no se acabe la del Real Valladolid en Primera debe ganar dos de tres partidos ante Barça, Almería y Getafe. Lo malo es que en su estado actual no gana ni al Promesas.