Diario de Valladolid

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Pezzolano se arriesga a ser castigado por cuatro partidos tras criticar el 'no penalti' de Saúl

Estrada Fernández obvió desde la sala VORel penalti de Saúl por mano con 2-3 en el marcador y las críticas de Pezzolano diciendo que "no quiso verlo" pueden generarle una nueva sanción, esta vez por cuatro partidos

Mano de Saúl en el área.

Mano de Saúl en el área.

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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Una encuesta anónima realizada el 21 de abril a los 42 equipos profesionales pertenecientes a LaLiga, durante su última asamblea general extraordinaria, arrojó un resultado sorprendente. El 100% aseguró no entender el criterio con el que se juzgan las manos en los partidos. 

Fue el único punto de la encuesta en el que hubo una unanimidad total. Y, si las matemáticas lo permitiesen, el porcentaje habría subido después de los últimos desaguisados perpetrados en el fútbol profesional con una acción que, antes del VAR, todo el mundo futbolístico tenía clara y que ahora se ha convertido en una lotería, con bolas extraídas por el árbitro de campo y el del VOR. 

La pésima utilización del videoarbitraje, la dejación cada vez más ostensible del árbitro de campo hacia el de pantalla, y la estupidez reiterada de juzgar imágenes congeladas, como si el fútbol fuese ajedrez y no un deporte dinámico en el que es el movimiento el que imprime el carácter a las acciones, acercan al fútbol de élite al realismo mágico. Cualquier cosa es posible, como en una obra de García Márquez.

De ahí el hecho de que acciones iguales sean juzgadas de forma diferente. Incluso algo peor: que acciones diferentes sean juzgadas de manera opuesta a la lógica de ambos casos. Eso se traduce en inventarse un penalti que no existe y en obviar uno real. Podría explicarse por el error humano en el caso de que no existiese el videoarbitraje, pero ahora ya no hay causa para ignorar errores sobre el campo... y es cuando más se están cometiendo, con un porcentaje de rectificación desde la sala VOR mucho más escaso del previsto y, sin embargo, señalando desde el vídeo acciones inmerecedoras de castigo.

La mano de Saúl en el área atlética con 2-3 en el marcador en el minuto 81 del Real Valladolid-Atlético es un fehaciente ejemplo del doble rasero arbitral. Escudero bota un córner, Molina mete la bota y toca levemente el balón, pero sin cambiar su trayectoria.  Y el cuero impacta en el brazo extendido de Saúl, que lo ve venir de lejos, al no tener a nadie delante para que le tape.

Mateu Lahoz no se entera, pero desde el VAR se basan en que la normativa dice lo siguiente: «si el balón proviene directamente del despeje del compañero y el balón llega inesperadamente a otro defensor, impactándole en la mano o brazo, no se considerará infracción». El problema es que Molina no despeja. Mete la bota sin suerte para despejar, porque el balón impulsado por Escudero sigue describiendo su arco. Tocar no es despejar.

La jugada no merecería un comentario si se obrase siempre así. De hecho en el fútbol de antes esto no era mano. El problema es que en el neofútbol sí lo es. 

Pero no sólo cambian los criterios  respecto al pasado. También durante la temporada, lo cual es una aberración jurídica al dar o quitar puntos por lo mismo en la misma Liga. Aunque lo peor es la manga ancha para castigar u obviar acciones similares.

Baste como ejemplo la jugada ante el Real Madrid en Zorrilla en que a Javi Sánchez le pega el balón en el brazo cuando estaba de espaldas a la portería y con los ojos cerrados, después de ser desequilibrado or Benzema . No sólo era falta del francés, sino que el blanquivioleta no  podía ver el balón. Ni el hecho ser desequilibrado en el salto ni ignorar por donde venía el balón,  que le da a él y no al revés, impidió a Munuera Montero y a Gil Manzano desde VAR, señalar penalti en el minuto 83, con 0-0. 

Quizá este domingo ante el Atlético hubo miedo a pitar dos penaltis en el mismo partido al cuadro rojiblanco, y más con la trascendencia del segundo. 

O quizá fue displicencia hacia el Real Valladolid. La misma que llevó a Masip y Amallah a ser lesionados de gravedad por un rival, con varias semanas de baja, en acciones que no fueron consideradas ni falta y en las que los dos árbitros, especialmente en el caso de marroquí, conminaron al equipo para que continuase el juego. El de Sevilla con Masip era el propio Mateu Lahoz. El de Valencia con Amallah, de nuevo Munuera Montero.

Pero todo puede ir a peor y ya hay voces desde el propio estamento arbitral e incluso de ex árbitros que claman para que a Pezzolano le castiguen con cuatro partidos por decir que el árbitro de VAR ante el Atlético no quiso ver el penalti de Saúl, como si dijese que Estrada Fernández prevaricó, cuando que quiso decir el uruguayo es que  no quiso ver penalti sino una acción limpia.

Pezzolano dijo ll siguiente en la rueda de prensa: « Me voy un poco disgustado porque después de ese 2-3, ese penalti, me pueden decir la regla de juego, pero me da el dolor que gente que está delante del ordenador no se cobre ese penalti porque no quiere, me pueden decir que le golpea a un compañero antes, la bola iba dentro del área chica, me da el dolor más grande por mis jugadores, nos estamos jugando el año».

El uruguayo tuvo palabras positivas hacia Mateu Lahoz y su equipo que a su juicio hizo un trabajo «espectacular», pero insistió en el equipo técnico de la sala VOR: «Hay gente que está específicamente para eso, es algo que no está bien. Es un dolor tremendo. Acá hay cien familias que están luchando por salir adelante, el Real Valladolid se merece mucho más respeto de lo que hoy pasó».

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