Ejercicio de fe en Pisuerga para el Real Valladolid Baloncesto

Domingo por la tarde. 18.00 horas. Polideportivo Pisuerga. Lleno hasta la bandera. La ciudad y la afición por el recuperado baloncesto de elite responden a la llamada de uno, de otro, de los partidos de la temporada. El UEMC Real Valladolid Baloncesto recibe la visita del Estudiantes. Quinto  frente al tercer clasificado. 16-5 y 14-7. Dos victorias de diferencia entre ambos equipos. Duelo estelar que revive la primera eliminatoria de playoff de ascenso de la pasada campaña en la que los vallisoletanos consiguieron ganar uno de los dos duelos jugados en Pisuerga.

Un duelo, otro duelo sobre el tapete desigual cuya desigualdad intenta, por fe, igualarse gracias a la magia que desprende un pabellón Pisuerga que no ha visto esta temporada perder a su equipo como local y que ha vuelto a colgar el cartel de ‘no hay billetes’.

Con las espadas en todo lo alto el equipo de Paco García afronta toda una prueba de fuego que a buen seguro servirá para responder una pregunta, la de si debe o no acudir de urgencia al mercado para tapar la baja por lesión de su ‘cinco’ Kabasele, KO por nueve meses. 

Con ese interrogante encima de la mesa los focos del duelo de esta tarde en el que la cantera, que se presentará durante el descanso,  ejercerá de testigo de excepción, se centrarán en la ‘pintura’ donde el Estudiantes amenaza con el mejor ‘cinco’ de la competición como es Larsen. Allen y N’Guessan necesitarán la ayuda de jugadores como Sergio, Kuiper, Mazaira e incluso Kovacevic en el bloqueo del rebote. Pero las amenazas del Estudiantes, un equipo construido para regresar más pronto que tarde a la ACB, también están en el perímetro. con nada menos que tres bases (Leimanis, Atienza y... Franch); aleros de la calidad de Sola, Jorgensen, Hughes, Domínguez y Alderete; e interiores de la potencia de Jawara, Smith o Leo Demetrio. El espectáculo está servido.