BALONMANO / LIGA ASOBAL
El Recoletas se pega otro tiro en el pie
El equipo de Pisonero cae en Puente Genil (28-25), acumula ya cinco derrotas consecutivas y se complica la existencia
¿Quién te ha visto y quién te ve? Lo que invitaba al optimismo al término de la primera vuelta pensando que la recuperación de efectivos y la madurez ‘in crescendo’ de un equipo que logró con sapiencia suma sobrevivir ante las adversidades, se torna¡ cuanto menos en dudas.
Y es que el Recoletas Atlético Valladolid continua sin carburar, sin arrancar. El manido grito del copiloto Luis Moya a Carlos Sainz de ‘¡Trata de arrancarlos, por Dios, Carlos!’ en 1998 cuando rompe el motor de su Toyota a 700 metros de la llegada y pierde el campeonato del mundo, bien se podría extrapolar ahora al banquillo del Recoletas de la voz del ayudante Óscar Ollero hacia el primer entrenador David Pisonero. ‘Trata de arrancarlo, por Dios, David!
Y es que los ‘gladiadores azules’ siguen sin encontrar la continuidad deseada para poder sacar los partidos adelante. Son capaces de competir, sí, de plantar cara, sí, pero no de rematar los partidos.
En Puente Genil, rival directo y de objetivos parejos a los vallisoletanos, el equipo de Pisonero volvió a desinflarse, como en tantos otros partidos, en el tramo final del encuentro.
Una derrota, otro tiro en el pie para acumular ya cinco derrotas consecutivas, la peor racha actualmente en la Liga Asobal, por debajo incluso de lo conseguido por los dos equipos que marcan en estos momentos el descenso, Sinfín y Cisne.
El Recoletas lleva desde el 26 de noviembre sin conocer la victoria, sin ser capaz de despertar y lamentando las carencias dejadas por las lesiones de sus jugadores zurdos.
En Puente Genil incluso mandó en el primer tramo de partido pero cualquier inconveniente, esta vez una exclusión de Rosell, se convierte en todo un mundo para encajar un parcial de 4-0 y verse a rebufo obligado a remar.
Su condición de gladiador, que al menos no ha perdido, le hace batallar y meterse en partido coincidiendo con la aparición de su portería (César en la primera mitad y Lamariano en la segunda). Pero no basta. Y si eso se suma al gafe de los zurdos (lesión de Toledo), la batalla se convierte en una Cruzada en la que la precipitación y el exceso de ansiedad acaba haciendo mella.
Pisonero recompuso como pudo el dañado flanco derecho para mantenerse en pie apoyado en el pivote Álvaro Martínez (8 dianas) y en Lamariano.Pero su osada resistencia acabó ahí, empatando a 22 goles. A partir de ahí no pudo aguantar más y acabó descomponiéndose ante un Puente Genil que de derecha a izquierda acabó aniquilando al Recoletas, que al menos puso salvar el average particular.