Diario de Valladolid

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El Real Valladolid muere con las botas puestas en el Benito Villamarín

El Real Valladolid compite, planta cara al Betis pero acaba siendo esclavo del primer y último minuto de la primera mitad donde Canales fue el jugador diferencial / El equipo de Pacheta nunca perdió la cara al partido y acabó encajonando al Betis en su área

Un lance del partido  disputado en el Benito Villamarín entre el Betis y el Real Valladolid. / LALIGA

Un lance del partido disputado en el Benito Villamarín entre el Betis y el Real Valladolid. / LALIGA

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Guillermo Velasco
Valladolid

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Con las botas puestas. El Real Valladolid cayó en su visita al Benito Villamarín y aumentó esa estadística negra ya de 57 partidos en la que no es capaz de ganar si encaja el primer gol del encuentro. Habría que remontarse hasta 2009 cuando el equipo blanquivioleta consiguió dar la vuelta a un partido que en esta ocasión, posiblemente por su temerosa salida al campo, quedó marcado a las primeras de cambio con el gol de Juanmi a los dos minutos de juego. Visto y no visto con un discutido robo de balón a Kike Pérez, que se deja caer a la espera de un pitido arbitral en forma de falta que nunca llegaría pese a su protesta  y que acabó en un magistral pase de escuadra y cartabón a cargo de Canales (ayer sin duda mariscal de campo en el Villamarín hasta que fue sustituido por problemas físicos), que fue rematado a la red por Juanmi.

El 1-0 descolocó aún más a un Real Valladolid totalmente perdido y asustado  que volvió a apostar por el 4-2-3-1 que tan buenos réditos le está dando tras el parón del Mundial. Sus problemas en la salida de balón ante la presión del Betis convirtió el primer cuarto de hora de partido en un infierno con acoso y derribo del conjunto local ante el cabreo monumental de Pacheta desde la banda.

EL MUNDO

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Una jugada de tiralíneas al primer toque del Real Valladolid a los 23 minutos que acabó con un centro de Óscar Plano y que remataba incomprensiblemente fuera a puerta vacía el canadiense Larin ante Claudio Bravo, fue el que ejercería de efectivo despertador del Real Valladolid.

El conjunto de Pacheta se quitaba  la presión coincidiendo con la lesión de Canales en el minuto 27, hasta el momento el jugador diferencial del encuentro. Ese apagón (apenas intervino hasta el descanso) del jugador bético desnortó al Betis, circunstancia que aprovechó, de puntillas y sin hacer ruido, el Real Valladolid con otra jugada en entredicho con un discutible y protestado robo de balón de Hongla sobre Carvalho que acabó con un pase que esta vez sí acomodó en la red con un sutil toque al más puro estilo0 'putt de golf' a cargo del goleador Cyle Larin, que reivindicó con su diana, la tercera en cuatro partidos, su primera titularidad en detrimento de Sergio León,  testigo de excepción en el banquillo blanquivioleta hasta el minuto 80.

La apuesta y deseo del Real Valladolid, que se hizo con la posesión del balón de forma osada ante la desconexión bética, quizás con dependencia extrema de su jugador Canales, tenía premio. Un premio que de forma casual y de forma caprichosa se fue al traste en el último minuto de añadido de la primera mitad por culpa de un error.  Cruel y triste despertar para el Pucela tras una jugada desafortunada, de rebotes y más rebotes que se fue llevando Ayoze como si fuera un imán hasta toparse con una patada de Hongla. ¡Penalti!  Canales, en su último servicio al Betis en este partido antes de ser sustituido ponía el 2-1 en el marcador desde los 11 metros.

Vuelta a empezar y calco de los mismos errores en el comienzo de la segunda mitad aunque a diferencia de la primera sin un gol encajado, en buena parte gracias a Jordi Masip.

Hongla intenta proteger el balón ante el bético Fekir. / LALIGA

Hongla intenta proteger el balón ante el bético Fekir. / LALIGA

Sin embargo el Real Valladolid, con los cambios, fue otro Real Valladolid. La entrada de Aguado por el tocado Machís (problemas en el sóleo) dejó de forma extraña a Kike por la izquierda dejando a Plano por dentro cuando lo mejor hubiera sido lo opuesto. Esa apuesta de Pacheta no dio el resultado esperado perdiendo el equipo profundidad. Aunque en un partido loco de ida y vuelta, el Real Valladolid vio el blanco y el negro teniendo en las bota de Monchu la opción de empatar con una falta lanzada magistralmente que acabó impactando en la madera, para después poder sufrir la puntilla a cargo del Betis con un doble poste de Luis Henrique y Juanmi.

EL MUNDO

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Con el partido desbocado en el que Masip acabó lesionado en el minuto 78  por un golpe en el hombro que le dejó aturdido y concedió la alternativa en Primera al tercer portero del Real Valladolid, el joven Aceves, Pacheta se la jugó al todo o nada dando entrada a Sergio León. El Valladolid, con este cambio volvía a los orígenes con un 4-4-2 volcándose sin miedo alguno, aunque sin acierto, sobre la portería de un hundido Betis, que esperó a que se consumiera el largo partido para sumar los tres puntos y cortar de raíz la racha del conjunto blanquivioleta. Una racha cortada de resultados que no de sensaciones. Porque el Real Valladolid, como el general Custer murió con las botas puestas en el Benito Villamarín .

 

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