FÚTBOL / REAL SOCIEDAD - REAL VALLADOLID (EL ANÁLISIS)
El Pucela se mantiene en la ola buena para asaltar San Sebastián
Con un ejercicio de esfuerzo y creencia se lleva los tres puntos del feudo del tercer clasificado con un golpe de suerte de Cyle Larin
Lo intangible en el mundo del fútbol tiene más relevancia de lo que el gran público conoce. El Real Valladolid de Pacheta ejecutó su plan en San Sebastián para llevarse el botín más preciado en un ejercicio de ciencia y creencia. Decía Einstein que «no todo lo que cuenta puede ser contado y no todo lo que puede ser contado cuenta». El fútbol es indescifrable al 100% porque no es como las matemáticas donde dos más dos son cuatro, sino que muchas veces es suficiente con disparar una vez entre los tres palos para amarrar una victoria. Exceptuando un disparo flojo de Kike Pérez al inicio, los pucelanos sacaron rédito de un remato, poco ortodoxo, de su nuevo ídolo Cyle Larin. No ha caído de pie, ha caído con los dos pies en su nuevo equipo haciendo buenos dos remates, uno por cada costado, en apenas 55 minutos de juego, y abonando al equipo a la senda del triunfo.
El ejercicio de creencia fue total durante los 90 minutos . El once de Pacheta volvió a despistar a propios y extraños, pero el de Salas acertó con su planteamiento con dos puñales por banda, aunque la lástima fuera que no supieran explotar sus posibilidades a la vez, pero Plata y Machís le ofrecen velocidad, descaro y verticalidad. Características de un modelo de juego atrevido en el que Óscar Plano volvió a ser fundamental. El madrileño ocupó pasillos interiores que es donde realmente puede desarrollar su fútbol, aunque esta vez no consiguió conectar con Sergio León.
Los nuevos fichajes han cambiado la cara de un equipo alicaído que se ha reactivado a base de golpes de suerte. Esta vez fue a golpe de hombro de Larin. Javi Sánchez empieza a ser el Kiko Olivas del centro de la zaga que abarca sus espacios y hace mejor al compañero. Hongla debutó con nota en una plaza difícil en una defensa que añora a Fresneda pero que contó con dos laterales de brillo como Olaza y Luis Pérez.
Si algo demostró el Real Valladolid fue esfuerzo y sacrificio, l as métricas que analiza el cuerpo técnico de Pacheta reproducirán ese trabajo sin balón que fue intenso para anular a uno de los equipos con más posesión de la Liga.
Otra de las claves del partido estuvo en la portería . Jordi Masip hace semanas que despejó cualquier debate y en San Sebastián acertó cuando el equipo más lo necesitaba, neutralizando a Take Kubo. También el poste se alió con el capitán blanquivioleta que acumula dos porterías a cero consecutivas, la primera de la temporada a domicilio. Trabajo, esfuerzo y sacrificio, este Pucela no tiene otra receta para alcanzar el éxito.