FÚTBOL / REAL VALLADOLID-VALENCIA (ANÁLISIS)
Agonía para salir de la agonía en el Real Valladolid
584 largos, eternos minutos después el Real Valladolid vuelve a la senda del gol en un duelo de necesidades y... ‘víctimas’ con los 'nuevos' Machís y Larin de protagonistas para espantar el aburrimiento e invitar a la esperanza
Fue sin duda una contracción de agonía desesperada. Agonía para salir de la agonía. El Real Valladolid, seco, desde hace ya seis partidos, necesitaba un gol para vivir y espantar al temido fantasma del descenso, Y lo hizo en el último suspiro, como requieren las gestas que osan a ser recordadas.
¿Y qué mejor manera de hacerlo que por mediación de la llamada savia nueva, los jugadores llamados a recuperar el orden perdido en un Real Valladolid abandonado a su suerte?
A Pacheta, posiblemente sabedor de lo que tiene o tenía (ya por fin), que es lo más parecido a nada de medio campo hacia adelante, no le tembló el pulso pese a que apenas tanto Darwin Machís como Cyle Larin no sumaban entre ambos ni un puñado de entrenamientos.
Casualidad o no, ambos fueron determinantes en el despertar de un Real Valladolid rácano, desordenado y a merced de su rival en los primeros cuarenta y cinco minutos que cambió tras el paso por los vestuarios. Los dos fichajes, uno saliendo de inicio (Machís) y el otro en el reclamo a la desesperada con toque de corneta a 15 minutos para el final (Larin) fabricaron en el minuto 89 el fin de la agonía con ese gol que volvía a una red contraria en Liga 584 largos, eternos minutos después. Desde aquel gol de Roque Mesa al Elche el 5 de noviembre, llegó la sequía hasta que apareció el delantero canadiense para noquear al Valencia y conceder el pasaporte de salida como víctimas propiciatorias a Weissman y Guardiola, sin sitio en el equipo.
Sin crisis no hay desafíos. Y el partido ante un Valencia en profunda crisis era todo un desafío. Sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía en la que vivía el Real Valladolid. Sin crisis no hay méritos y el de ayer dando una vuelta de tuerca al sistema en la media hora final de partido con ese 4-4-2 que debería ser una señal de cara al futuro.
El duelo de necesidades sepultó al Valencia -otra vez en una segunda mitad para olvidar- y posiblemente a Gattuso, ya sin la confianza de nadie. El Real Valladolid ahondó en la herida de un Valencia que perdonó en la primera mitad ante la suerte y el ‘salvador’ Masip. El paso por los vestuarios cambió la cara al equipo de Pacheta, más incisivo, con menos pases al pie sin sentido y buscando más balones largos castigando la espalda de la defensa che. Así, con esos mimbres, fabricó una victoria que se hizo esperar al borde de un ataque de nervios. Gol de Larin al más puro estilo delantero centro y... por fin alivio y alegría (ya hacía falta) en Zorrilla para cuanto menos aparcar la crisis.
LARIN, ‘VENI, VIDI, VICI’. Como Julio César y la batalla de Zela, el recién fichado delantero canadiense ‘vino, vio y venció’. Tuvo 15 minutos para cambiar al partido y lo cambió con un gol que vale tres puntos.