Diario de Valladolid

FÚTBOL / REAL VALLADOLID (ANÁLISIS)

El Dr. Jekyll y Mr. Hyde del Real Valladolid

Mientras el equipo de baloncesto sueña con el ascenso a la ACB, el de fútbol, necesitado de un cambio urgente de dinámica e imagen zozobra peligrosamente en caída libre camino de Segunda

Dr.Jekyll y el Mr.Hyde en el Real Valladolid. / J.M.L. / RVCF

Dr.Jekyll y el Mr.Hyde en el Real Valladolid. / J.M.L. / RVCF

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Mismo club diferentes deportes. Mismos colores, diferentes caminares. Mismo objetivo, diferente trayectoria. Misma filosofía, diferente resultado. Es el sentir del Real Valladolid. Baloncesto y fútbol.  Blanco y negro. Dr Jekyll y Mr. Hyde. Caminos diametralmente puestos en una temporada en la que unos, el equipo de basket, roza el cielo mientras el otro, el equipo de fútbol, colinda en los márgenes del infierno tras meterse por primera vez desde la tercera jornada (y llevamos 18) en zona de descenso.

El Real Valladolid CF SAD camina peligrosamente en ese alambre en el que su hermano pequeño, Real Valladolid Baloncesto ha sabido mantener el equilibrio gracias a un componente, el de la victoria que el fútbol echa en falta desde hace tiempo, demasiado tiempo.

Las cinco derrotas consecutivas del Real Valladolid, una marca negra que no se registraba en el Real Valladolid desde hace nada menos que 19 años. Cuando en un ‘febrero negro’ el equipo blanquivioleta encadenó derrotas  ante Real Madrid, Espanyol, Celta, Racing y Zaragoza, con la diferencia con respecto al registro actual en aquella ocasión sí logró ver portería. Un bagaje que casualidad o no terminó por llevar al Real Valladolid a Segunda División en una campaña que hubo , casualidad o no, también cambio en el banquillo  siendo Fernando Vázquez cesado para acabar la campaña Antonio Santos.

Por contra, en la acera de enfrente de Zorrilla, en el polideportivo Pisuerga, todo son sonrisas, todo son alegrías tras recuperar poco a poco la fiebre otra vez por el baloncesto en una ciudad de baloncesto, olvidada, aparcada la eterna depresión que llevó a la ciudad y a los amantes del basket por la desaparición del histórico CB Valladolid ahorcado por las deudas. 

Pero... ¿Por qué han cambiado las tornas pasando al negro más zaíno cuando todo era blanco hasta el parón por el Mundial? La alarmante falta de gol ha castigado al equipo hasta tal punto de confundir al que parecía el entrenador ideal, un Pacheta motivador y especialista en el diván como lo es Paco  García en el equipo de baloncesto capaz de sacar el mejor jugó de sus jugadores (al menos por lo conseguido en la temporada del ascenso).

Pero los entrenadores viven de los resultados. El basket va bien (cuarto en la tabla amarrando una buena posición de cara a un playoff de ascenso más ilusionante que nunca) mientras el fútbol cae, de momento, en barrena, en caída libre a la espera de retocar una plantilla visiblemente coja. 

La llegada del venezolano Machís y la del canadiense Larin deberían invitar a un cambio de tendencia pese al empeño del Real Valladolid que incomprensiblemente sigue mirando a su bolsillo por encima de todo para jugar al arriesgado juego de visionario con fichajes de jugadores que a primera vista no dicen mucho (por sus actuales números).

Pacheta ha pedido fichajes y... van llegando con cuentagotas en un mercado de invierno que como siempre apurará hasta el último día (31 de enero) a la espera de gangas. Paco García ha pedido un fichaje por la lesión de su ‘cinco’ Allen y... está por llegar.

El Real Valladolid vive con el difícil ‘sambenito’ de ser la primera vez en su historia (y ya son años) que encaja cinco derrotas consecutivas sin lograr hacer un solo gol. Sin un referente o jugador franquicia posiblemente por ese ‘buenismo’ que intenta predicar sin éxito Pacheta en el que busca agradar a todos repartiendo roles y protagonismo, el Real Valladolid no tiene carácter sobre el terreno de juego.

Su debilidad mental y sin nadie al que agarrarse, le hace deambular en cada partido para ser aniquilado, al menos desde el parón. Por el contrario el Real Valladolid baloncesto se agarra a dos líderes, uno fuera, su entrenador, y otro dentro, un Melvin Pantzar omnipresente y pletórico que lamentablemente (para el equipo y para el club, no para el jugador)  cuenta las horas para utilizar el trampolín a la elite, a la ACB y a un gran contrato. 

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