Diario de Valladolid

RUGBY / DIVISIÓN DE HONOR

La tecnología avala al líder de la División de Honor de rugby

El SilverStorm El Salvador mejora el rendimiento de sus jugadores gracias a algoritmos que le permiten conocer varios aspectos del juego

Matt Smith, jugador del SilverStorm El Salvador muestra el dispositivo de Catapult. / PHOTOGENIC/JESÚS LUQUE

Matt Smith, jugador del SilverStorm El Salvador muestra el dispositivo de Catapult. / PHOTOGENIC/JESÚS LUQUE

Publicado por
Daniel M. Arranz

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La revolución de los datos en el mundo del deporte llegó hace más de una década para quedarse. El conocido como Big Data es una parte esencial de la actividad de los clubes, que aprovechan toda esa información para obtener mejores rendimientos. En el caso del actual colíder de la División de Honor de Rugby, el SilverStorm El Salvador comenzó a trabajar en 2017 con la empresa australiana Catapult .

En la actualidad utilizan estos dispositivos tecnológicos, integrados en un chaleco, en partidos y entrenamientos del primer equipo y en el femenino, también en algunos jugadores sub23. El dispositivo lleva a su vez un GPS, acelerómetro en tres planos, magnetómetro y giroscopio, revelando estos últimos la orientación y la posición. Mar Álvarez, segunda entrenadora del equipo y preparadora física , detalla que el acelerómetro les muestra los movimientos «de delante a atrás, desplazamiento lateral y de arriba abajo. Si hay saltos, o arriba y abajo. Se crean algoritmos nos da aceleraciones, deceleraciones a diferentes velocidades», datos muy relevantes para analizar el comportamiento del jugador. 

Vector, el último dispositivo de la marca australiana, calcula hasta «cuanto tiempo pasan los jugadores en el suelo desde que tienen un contacto hasta que se ponen de pie. Esto es muy útil porque el tiempo que está en el suelo no cuenta para el juego», remarca Álvarez. Además, gracias a los sensores de inercia obtienen cuantas patadas hacen, acción medible a través de la inclinación del tronco, y también el número de melés, y el tiempo que duran. Datos objetivos que forman parte de lo que denominan «carga externa». Esto les permite llevar a cabo un equilibrio físico de cada jugador, y del grupo, en los entrenamientos semanales y en el partido.

De esta forma, pueden planificar el primer entreno semanal con un menor porcentaje de intensidad y volumen: «corremos mucho en distancia total, pero no en alta intensidad. Es para recuperar, aeróbico suave», señala Mar Álvarez. Mientras que el miércoles ya buscan «intensidad pero con aceleraciones y contactos, no hay grandes desplazamientos». Generan una recuperación del deportista para que el viernes, en la última sesión puedan introducir velocidad: «Sería un 100 o 120% del partido en intensidad, pero la ratio trabajo-recuperación es más alta que en un partido. Así puede asimilar esa velocidad, pero no sobrecargamos su sistema nervioso». Los datos los reciben dos horas después de cada sesión y les permite hacer una comparativa, también para recuperar a jugadores tras lesión : «Sirve para recuperar los valores que tenía en los partidos», indica Álvarez. Esta carga externa les permite tomar decisiones con la carga interna, a través de cuestionarios a los propios jugadores para ver el rendimiento al detalle, analizando otras circunstancias de su entorno que puedan alterar esa sesión.  

De esta forma el club obtiene resultados como que el ala Miguel Lainz realizó 6.227 metros en el último partido ante Ciencias . Un jugador, que además es el que más marcas lleva de toda la Liga, con 6, dos de ellas en el partido ante los andaluces. También los datos contrastan algo que a ojos del aficionado se puede ver cómo que el delantero neozelandés Kirk Tufuga es el que mayor número de contactos recibe durante un encuentro, 38 en la última jornada . O que Tomás Jorge, el zaguero argentino se desplazó por el campo a 32,5 kilómetros por hora , y que Antonio García hizo 88 aceleraciones ante los científicos . Aspectos del juego que confirman el liderazgo del SilverStorm.

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