FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Pescozón inicial
Los blanquivioleta chocan de nuevo con su falta de gol y pierden 1-0 el primer amistoso de pretemporada ante el Málaga, de una categoría inferior / Debut gris de Orellana y sugerente de Marcos André / Plano tiró al larguero y Adrián marcó
El verano pasado, el Atlético de Madrid le endilgó siete goles al Real Madrid en un partido de pretemporada en Estados Unidos. Al final del año deportivo, los de Simeone no ganaron nada y pagaron muy cara su falta de gol. Sin embargo su vecino se llevó la Liga.
El juego del Barcelona fue apoteósico en esa última canícula sin coronavirus. Sólo cedió una inmerecida derrota ante el Chelsea en Japón, y por la mínima. El final del cuento lo conocemos todos, con el 8 muniqués como si fuese un rejón de muerte.
Así que antes de arrugar el periódico por la quemazón del comienzo pucelano de sus bolos veraniegos con derrota ante un segunda, piense que lo importante de esta historia es cómo acabe. Y que tan dañinas son las falsas victorias como las derrotas verdaderas. La pretemporada puede marcar el rumbo de un equipo, señalar el camino contrario al que seguirá o ninguna de las dos cosas.
¿Quiere esto decir que no sirve para nada? En absoluto. Vale para rodar a los jugadores en competición, hacer acopio para la mochila física de la temporada y comprobar los comportamientos de ciertos jugadores cuyo futuro está en el aire, al tiempo que se vislumbra de lo que pueden ser capaces los nuevos.
Ayer los ojos pedían Orellana y Marcos André, las dos grandes novedades blanquivioleta en el Dama de la Noche, un campo cuyo nombre sugiere de todo, menos un recinto para jugar al fútbol.
Ambos jugaron un tiempo. El chileno, que salió en el primero, apenas fue visible, encastrado en el extremo izquierdo. Él es Curro Romero y si no está, pues no está. Ya le llegarán las tardes de gloria.
Marcos André estuvo en plan lidiador, sin hacer ascos a lo que le echasen, incluso de las ganaderías más peligrosas. Trabajó, asistió, se desmarcó, remató... pero no vio puerta. Quizá le pudieron los nervios del estreno, porque un tiro de los que embocaba con el Mirandés se le fue alto y en otro bien encauzado con el interior, pero justo de potencia, se encontró con la manopla salvadora de Munir. La misma que evitó el gol de cabeza cantado de Anuar por la escuadra. El zamora de Segunda sacó los galones en la segunda parte.
Porque en la primera, el Málaga estuvo trufado de jugadores del filial y hasta algún juvenil. Sergio, que optó por dos onces diferentes en cada tiempo, alineó de inicio a Masip en la puerta; Moyano y Nacho en los laterales, Luismi y Moi como centrales por fuerza mayor; Míchel y San Emeterio de mediocentros; Plano y Orellana en los extremos; con Toni por detrás de Chris Ramos en ataque.
El juego vistoso de los castellanos ante un rival de menor enjundia se tradujo en dos cabezazos de Ramos y Luismi en los que el balón saludó al poste y, sobre todo, en el empalme de Plano tras centro de Nacho desde la banda, con el cuero martillando el larguero.
Tras el descanso el once albivioleta lo formaron Samu en la meta; Antoñito, Joaquín, Javi Sánchez y Carnero en la zaga; Anuar y Alcaraz en el eje de la medular; Hervías y Waldo en los extremos, con Marcos André y Guardiola arriba. Aguado salió al final por Anuar.
El problema de este once es que enfrente no tenía chavales, sino gran parte del séptimo de caballería blanquiazul. El dominio fue alterno pero los de Zorrilla chocaron con su inveterado problema con el gol. Ya sea pretemporada, Liga, Copa o trofeo de la Galleta, al Pucela hay que sacárselo con fórceps y ayer la criatura no quería salir. A los citados remates de Anuar y Marcos André cabe añadir los de Guardiola y Hervías, incruentos como la zarzaparrilla.
El Málaga esponjó mediada la segunda parte y tras el larguero de Hoyos, casi fotocopiado del de Plano, llegó el gol. Un balón centrado por Llorente es tocado en el segundo palo por Fomba, que le roba la cartera a un Carnero que salta mal y tarde. Adrián solo y a bocajarro, con los centrales fuera de sitio, remata a la red.
El viernes espera el Granada en el mismo escenario. Caza mayor. Lo importante es rodarse, trabajar y afianzar los automatismos para la Liga. Ya está dicho en los primeros párrafos.
Pero, si se gana, mejor.