BALONCESTO / ANÁLISIS
¿Renuncia, resignación, ridículo... en el Real Valladolid Baloncesto?
El nuevo club salido de la alianza entre el CBC Valladolid y Real Valladolid CF SAD , condicionado por el mutismo no solo de la ACB sino también por el suyo, deja escapar por incapacidad o exigencias del guión, la oportunidad única de ascender
«Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio». Y es que el baloncesto de élite en Valladolid, representado por el Club Baloncesto Ciudad de Valladolid o mejor dicho, en breve ya oficializado como Real Valladolid Baloncest o, sigue mudo, pasivo, sin mover ficha y viendo como el castillo de ilusión cuyos cimientos puso Paco García para luego edificarlo con el soñado ascenso a la ACB, Hugo López, se desmorona ante sus ojos.
¿Para que tanta intento falso de pedir el reconocimiento al derecho al ascenso por parte de la afásica ACB si realmente no podía certificar el salto de categoría? Quien espera, desespera. Entre otras cosas porque sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie. Y el Carramimbre Ciudad de Valladolid esperó sabedor que decidiera lo que decidiera la ACB en relación de aceptar o no a vallisoletanos y guipuzcoanos (Delteco Gipuzkoa) en su próxima asamblea del día 23 de julio , no tenía opciones reales de culminar el ansiado salto de categoría. Su venda en los ojos le ha delatado entre otras cosas porque ni siquiera ha hecho los deberes necesarios (cumplir con los trámites de inscripción o tan solo con parte de ellos) como ha hecho su compañero de viaje a la ACB en San Sebastián.
Sentarse con los brazos cruzados enrocándose en el no reconocimiento público a su ascenso por parte de la ACB, no parece ser un argumento válido y sólido como para ganar una hipotética batalla legal a la ACB. ¿ Qué esperaba Hansen y compañía ? ¿Acaso ganar tiempo? Lo cierto es que ese tiempo ha pasado y se ha llevado sin querer como si de un vendaval se tratase al castillo heroicamente edificado por Hugo López . La marcha de tres jugadores (Bartley, Aboubacar y Leimanis), que pueden ser cuatro (Mike Torres) , no hace sino destapar el farol de un CBC Valladolid que ha jugado con fuego para acabar quemándose.
Porque volver a la LEB-Oro no garantiza luchar por el ascenso la próxima campaña. Y menos con otro castillo sin cimientos y por edificar por completo (solo cuenta a día de hoy el entrenador y dos jugadores: Sergio de la Fuente y el repescado Gantt ya como asimilado). Si a esto unimos que el presupuesto para construir la plantilla de la próxima campaña en la LEB-Oro será ligeramente (solo ligeramente superior) al pírrico montante del último ejercicio cifrado en apenas 265.000 euros.. . Blanco y en botella...
El baloncesto de élite en Valladolid ha tenido una oportunidad única de recuperar sus galones ACB perdidos por el suicidio del anterior club (CB Valladolid). Y con unas condiciones dinerarias todavía prohibitivas (al menos para Valladolid), sí, pero lejos muy lejos de las leoninas de antaño cuando la ACB era una Liga prácticamente cerrada.
El tren se detuvo en Valladolid y las exigencias del guión (crisis económica, Covid-19 e incapacidad para conseguir fondos en una ciudad explotada por su condición de multideportiva hacen que no se detenga y pase de largo. Algo incomprensible para los amantes del baloncesto pero tremendamente realista para los que están al frente del club sabedores de lo que se puede o no generar.
Y en toda esta guerra de renuncia, resignación y ridículo ¿qué pinta en todo esto el Real Valladolid? La alianza, absorción, integración y simple convenio de colaboración del CBC Valladolid con el Real Valladolid, como se quiera llamar o como quieran venderlo (a día de hoy sigue siendo secreto de sumario) ¿no era una carta ganadora? Si el convenio tiene fecha de caducidad, malo. Si el convenio no sirve para ascender, malo. Si el convenio no da ni siquiera para aumentar el presupuesto y ser al menos cabeza de ratón, malo. El día 23 los clubes ACB dictarán sentencia en su asamblea. El ridículo puede ser mayúsculo si no se consigue al menos una indemnización.