FÚTBOL | REAL VALLADOLID-REAL MADRID (CRÓNICA)
El líder anula al Pucela
El Real Madrid acorrala al Real Valladolid en la segunda parte y Nacho marca el gol del triunfo al cabecear un centro medido de Kroos | Las continuas pérdidas de balón en el centro del campo facilitan el trabajo a los hombres de Zidane
El Real Madrid marcó los tiempos en Zorrilla. Estudió bien al Real Valladolid en el primer tiempo, le obligó a dar varios pasos atrás en el segundo merced a su neta superioridad en el centro del campo y ganó porque Nacho cabeceó con oficio un centro medido de Kroos para batir a Masip en el minuto 77. El partido avanzaba hacia el 0-0 final porque el Real Valladolid no sufría en exceso pero la calidad del nuevo líder terminó imponiéndose por una acción individual.
En el primer tiempo, la acumulación de jugadores del Real Valladolid entre el centro del campo y la defensa dificultó el trabajo al Real Madrid cada vez que se acercó al área. El buen toque de Kroos, Modric e Isco en la zona ancha no sirvió de nada ante la presión que ejercieron los tres centrales que alineó Sergio. El entrenador del Valladolid repitió el equipo titular que alineó la jornada anterior ante Osasuna y fortaleció con ello esa zona entre la frontal del área y la línea de medio. Si en El Sadar anuló al Chimy Ávila, anoche le sirvió para que Benzema y Rodrygo apenas tuvieran protagonismo. El que sí intervino en Zorrilla fue el VAR y resultó un alivio para el Valladolid al anular el árbitro el gol de Casemiro por fuera de juego tras una falta lanzada por Kroos. Se había cumplido el minuto 11 y fue la única vez que el Madrid sorprendió a los defensas del Valladolid, inseguros en ocasiones al intentar sacar el balón pero muy atentos al corte cuando Kroos e Isco buscaban la conexión con los puntas.
Aunque fue el Real Madrid quien llevó la iniciativa, Courtois tuvo más trabajo que Masip en el primer tiempo. Primero voló para desviar un lanzamiento de Míchel al efectuar un córner y después levantó de nueva su mano derecha cuando el balón hizo un giro extraño en un centro-chut de Carnero y el balón iba camino de la escuadra.
La segunda parte fue otro cantar. El Real Madrid dominó en el centro del campo y su trabajo resultó más sencillo debido a las continuas pérdidas de balón de los locales. Joaquín se erigió en el dueño del área con su seguridad y firmeza y reforzó el trabajo de Salisu y Olivas, muy ocupados toda la noche. El problema vino siempre después porque los intentos del Real Valladolid para buscar los desmarques de Ünal y Guardiola resultaron infructuosos. A Míchel y a Alcaraz apenas les duró el balón en los pies. La presión ejercida por el Real Madrid les ahogó en todo momento. Kroos y Modric tapaban bien los espacios pero quien destacó por encima de todos fue Casemiro, un todoterreno que se encuentra cómodo al realizar sus mil y una funciones. Es contundente a la hora de defender y enseguida se lanza al ataque cuando ve la ocasión. Con este poderoso centro del campo, el Real Madrid anuló una y otra vez los intentos del Real Valladolid de sorprender a la contra.
Puntuar en Zorrilla tenía recompensa y si eran los tres puntos el premio era extra. Con esa mentalidad afrontaron el segundo tiempo los jugadores del Madrid. Hasta el descanso habían comprobado los problemas que encuentra el Valladolid para crear ocasiones -con el de anoche son nueve partidos consecutivos sin ganar- y a continuación se lanzaron con decisión al ataque. No lo tuvieron fácil por ninguna de las dos bandas y recurrieron a ese toque fácil entre jugadores como Kroos, Modric e Isco, bien secundados por Casemiro.
Se sucedían las llegadas del Madrid a los dominios de Masip mientras Courtois veía el partido plácidamente en la otra portería. El Valladolid sólo espabiló tras el gol. Se fue al fin al ataque y puso en aprietos al Madrid. Mendy tapó el remate de Guardiola, a quien el árbitro anuló un gol por fuera de juego, y el lanzamiento de Joaquín se fue desviado. Muy pocos argumentos para hacer frente a un firme Madrid que se lleva de premio el liderato.