LIGA GUERRERAS IBERDROLA
El efecto gaseosa
El Aula Alimentos de Valladolid sale con brío y pone en dificultades al todopoderoso Bera Bera pero en la segunda mitad pierde toda su fuerza para acabar fulminado / Demasiadas facilidades
Tras el enésimo y largo, larguísimo parón que se ve obligado a sufrir y padecer el balonmano de élite femenino, la Liga Guerreras se reanudó ayer con un duelo de exigencia máxima para el Aula Alimentos de Valladolid en Bidebieta. El todopoderoso Bera Bera esperaba al irregular conjunto vallisoletano con el efecto memoria activado. El recuerdo de los dos duelos jugados la pasada campaña ante las vallisoletanas donde no fue capaz de superarlas ejercía de piloto encendido en el equipo de Imanol Álvarez aunque lo cambiaba los duelos del pasado ejercicio con el de ayer era que el Aula Alimentos de Valladolid había sido desarmado por su rival con los fichajes de sus dos máximos exponentes, María O’Mullony y la ‘Guerrera’ Eli Cesáreo.
Con esta carta de presentación el Aula, como siempre, sin ningún miedo, salió a por todas. ¿Por qué no otra vez derribar el muro de la lógica? pareció preguntarse. Y es que su puesta en escena, de manual, cogió por sorpresa a un Bera Bera con nada menos que siete jugadoras presentes en el último Mundial, cuatro de ellas medallas de plata con la selección española. El desparpajo inicial del Aula (0-2; 1-3 y 3-5) en el arranque hizo, por momentos, volver a soñar. Elena Cuadrado cogió su fusil y con cinco goles acabó por desesperar a la meta internacional española Mercedes Castellanos. La joven lateral izquierdo del conjunto de Peñas asumió la responsabilidad ofensiva a la que se sumó Elba Álvarez con lanzamientos lejanos.
Pero la osada resistencia de las vallisoletanas tenía, lamentablemente, fecha de caducidad. El inacabable fondo de armario del líder de la Liga, unido a esa fatal irregularidad del Aula que le hace encogerse y desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, cambiaría el semblante de un partido que llegó ajustado al descanso (14-13).
Pero los cinco minutos finales de la primera mitad ya ejercieron de aviso a las vallisoletanas al quedarse secas en ataque y ver que su rival daba la vuelta al electrónico del pabellón Amorebieta con un parcial de 2-0.
Tras la reanudación el guión no cambiaría un ápice tras los ajustes defensivos del Bera Bera y sobre todo su rotación de banquillo. El Aula encadenó una y otra vez sucesivas amenazas de pasivo en una señal clara de que el ataque no funcionaba. Elena Cuadrado desapareció y sólo Iara Grosso apareció como alternativa para sorprender la meta excelentemente defendida por la también internacional brasileña Renata Arruda.
Las diferencias comenzaron a crecer y el Aula, que no fue capaz de sacar rédito a las paradas de su portera Lulu Guerra, comenzó a cavar su tumba encadenando errores en superioridad numérica ante un rival lidrado por Arrojeira y Boada, que llegó a jugar incluso con dos menos para incomprensiblemente acabar ganando el parcial.
El Aula, impotente de medio campo hacia adelante, sin fuerza como la gaseosa, acabó siendo apalizado (30-23) en su particular ‘déjà vu’ al pasado en su reencuentro con tres de las joyas que utilizaron su catapulta a la fama y al profesionalismo, María O’Mullony, Silvia Arderius y Eli Cesáreo.