Contra los espíritus

Una de las grandes dudas del hombre puede quedar resuelta hoy. Este Real Madrid post mortem intentará demostrar que hay vida después de la vida y que por tanto puede ganar en Zorrilla. El blanco es un ejército de guerreros temibles, pero vive desde el martes en el mundo de Los Otros, no en el de carne y hueso. Esta noche se comprobará si los fantasmas son capaces de ejecutar los mismos mandobles letales con su espada que practicaban cuando eran corpóreos. Atento, Iker Jiménez.

A su mando continúa Santiago Solari, que se ha convertido en un personaje de The Walking Dead. Está fuera, lo sabe, lo sabemos todos y este día extra de banquillo es un regalo en lo que el club tarda en encontrarle sustituto. Su figura va mucho más allá del pato cojo en que se convierten los presidentes estadounidenses que no se presentan a la reelección.

El míster blanco ya no pinta nada. Después de meses de ruedas de prensa que harían salivar a los especialistas en coaching, branding y demás gerundios anglos, lo tiene tan asumido que ayer sacó el hacha en la rueda de prensa para matar un cadáver. Lo que no se atrevió a decir con el equipo vivo, se lo soltó de cuerpo presente. Como para que hoy los espíritus le sigan en el camino de las brumas. Si lo hacen, será por prurito personal.

Ese ejército evanescente fracasado en busca de su imperio 18-19 se encontrará enfrente un equipo carnal que se resiste a morir. Los fines del Real Valladolid no son los de marcar una época, sino simplemente sobrevivir, que ya es bastante observando su presupuesto.

En las filas pucelanas no se fían de la debilidad de los espíritus. Saben que hasta el Cid ganó una batalla póstuma y estos soldados de las sombras pueden resarcirse mínimamente en Zorrilla de la vida que se les ha escapado a borbotones en dos semanas trágicas en el Bernabéu. Qué diablos, si los blanquivioleta cuentan con muchos problemas para ganar a los equipos con vida, no les espera una tarea menor ante una potencia del más allá.

Es un día especial y Sergio ha citado a todos los jugadores disponibles, que son 19, por lo que uno no se cambiará. Sólo quedan fuera los lesionados Luismi, Toni, Borja y Plaza. No hay ninguno del filial.

La alineación local es un arcano, pues el míster ha cambiado en las últimas semanas tanto el dibujo como los componentes. Un posible once lo conformarían Masip en la puerta; Antoñito, Olivas, Calero y Nacho en defensa; un trío de mediocentros, formado por Anuar en el centro y detrás de Alcaraz y Míchel; junto a otro triunvirato de ataque, compuesto por Hervías, Plano y Guardiola.

Sería una formación 4-3-3 con el objeto de dotar de más presencia al medio campo, zona por la que se suele partir el Real Valladolid en los últimos encuentros. Hoy intentará evitarlo y llegar más a puerta, para aminorar la sequía goleadora ante un rival bastante permeable.

Pocos después de las diez y media sabremos si el Real Valladolid lo consigue y escribe una historia de un final feliz tipo Disney, o es el Real Madrid quien gana, firmando una novela de Lovecraft.