Eficaz y superior

El hecho de que llegase el colista quizá invitó a pensar que sería día de goleada. Esa falta de humildad es mala si se proyecta desde la grada y letal si surge desde el césped. Por fortuna el Real Valladolid no cayó en la red de la autocomplacencia, si bien firmó una primera parte en la que su incontestable superioridad le llevó a abusar de la acción individual, sobre todo en la culminación de las jugadas.

Su velocidad de crucero es tan elevada que quizá los futbolistas ven fácil lo que para otros es más complicado. Por eso no hubo más goles en unos 45 minutos iniciales en los que el conjunto de Sergio fue un taladro de percusión para el Huesca, que salió con una sola perforación en su casco, el golazo de Alcaraz, casi de milagro.

Sergio optó por un 4-4-2 con Ünal y Cop en punta, acompañados por Suárez y Toni en los extremos. El resto, los de siempre, una vez establecido el dúo de mediocentros Alcaraz-Míchel, que se complementa casi a la perfección.

Leo Franco optó por la versión amarreta del Huesca, pese la importante baja de Melero, lesionado. El argentino dejó en el banquillo al Cucho y a Gallar, colocando solo en punta al Chimy Ávila, que no es delantero centro puro. Un chollo para los locales, inquietados sólo por Ferreiro.

El Real Valladolid construía y llegaba, pero arriba se caía el castillo de naipes. Las malas elecciones en el pase final y el tiro, y la limitada contribución de los dos delanteros, lastraron al equipo.

¿Limitada?, se preguntarán algunos. Desde el aspecto físico, en absoluto, pues ambos puntas se vaciaron. Sobre todo Cop. El problema reside en que los movimientos de Ünal siempre son en paralelo a la portería. Logra abrir huecos a los interiores y a los jugadores que se incorporan en segunda oleada, pero apenas efectúa desmarques de ruptura para irse en vertical con velocidad.

El croata cuenta con más instinto de ataque, pero su problema es de ritmo. No cuenta con la explosividad suficiente para irse de sus marcadores y a menudo le falta ese medio segundo de reacción antes que el defensa, para anticiparse a la jugada.

Toni tampoco estuvo muy brillante, pero Alcaraz, Suárez y Míchel supieron mantener bien el equipo, ayudados por un Nacho que debe dejar de ser considerado lateral para ser llamado carrilero. De sus botas nació el centro de ese segundo gol anulado que dejó grogui al equipo.

La entrada de atacantes oscenses a la desesperada pudo ser dañina, pero apenas gozaron los azulgrana de más oportunidades que la diáfana de Semedo y los dos remates de Longo. Escaso bagaje en hora y media.

Afortunadamente el Pucela se recompuso con la entrada de Anuar y Borja. Los últimos minutos fueron de dominio visitante pero de control local en su área. Algo parecido a lo visto en Villarreal y virtud fundamental para arañar puntos por un equipo que no destaca precisamente por su faceta goleadora. Sergio ha logrado que su zaga y su portería funcionen como un reloj. Ése será el fuerte del equipo en esta temporada... a falta de un killer atacante.