A ritmo de rock & roll
e BALONMANO. El Aula Alimentos de Valladolid destroza alCastellón en un partido que quedó finiquitado en una primera parte / Las locales firman un parcial de 11-1 en el inicio
Elena Cuadrado se eleva para superar la línea defensiva del Castellón.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS
ElAula Alimentos de Valladolid ha puesto rock & roll en su banda sonora de la temporada.El equipo pucelano tiene su propio pase VIP para su particular Disneyland, uno en el que las chicas de Peñas se bajan corriendo de una atracción para ponerse en la cola de la siguiente. Señal de que se divierten.Ante Castellón volvió a flotar la magia.
Mientras que elAula era la princesa guerrera, el Castellón adoptaba el rol de Bella Durmiente.Las chicas de Vicente Sos se toparon con una defensa en la que Nekane, Cesáreo yCifuentes amasaron un tapón el cual protegía el tarro de las esencias; uno en el que el espacio y la velocidad brindaron un patio de recreo para O´Mullony y Nieto, mientras que la circulación de balón castellonense moría mansamente en las inmediaciones de los dominios de Lulu, de nuevo sobresaliente.
El Castellón tardó 16 minutos en marcar dos goles (11-1 hasta ese momento), poco argumento para escribir un guión que se antojaba más un monólogo delAula Alimentos de Valladolid.
Sos intentó darle otro aire al partido proponiendo una defensa presionante en la mitad de la pista.Adelantó la retaguardia hasta casi el centro del campo para intentar localizar el punto en el que se desangraba su equipo.Sin embargo, si el equipo ‘A’ estaba afinado, el equipo ‘B’ bailaba entre semicorcheas también sobre el pentagrama de Huerta delRey.Valeska Lovera y Elena Cuadrado cogieron los galones goleadores que O´Mullony dejaba de camino al banquillo, donde buscaba su merecido reposo la francotiradora zamorana.
El 19-5 con el que se llegó al descanso dejó alCastellón malherido y con pocas esperanzas de renacer de sus cenizas de manera milagrosa como hacen los superhérores en el papel o en la gran pantalla. Sin embargo, el equipo de la Comunidad Valenciana quiso limpiar su nombre aprovechando que el Aula Alimentos de Valladolid pasaba los primeros minutos del segundo acto acunado en los brazos de la relajación y la confianza del que se pone a ver la tele con los deberes ya hechos.
Paula Alonso acaparó paradas en la portería visitante y Clara Peris, consiguiendo posicionarse con maestría entre la defensa pucelana, ayudaba en el ataque.Sin embargo, las distancias era demasiadas.
El Aula se permitió el lujo de lucir sólo en la línea de siete metros a la máxima artillera de laDivisión de Honor. No hacía falta, sus compañeras remataban la faena.El gas del Castellón duró lo que dura el de un refresco al destaparte; un efecto efímero incapaz de hacer posible lo imposible, sobre todo cuando las vallisoletanas encontraban en la contra la soga para ajusticiar a su rival y sumar dos nuevos puntos antes de retar al Rocasa la próxima jornada.