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El maleficio de la tercera

El conjunto blanquivioleta está a punto de cumplir tres años sin lograr tres victorias consecutivas en Liga / Un debe que arrastra y le impide tener una regularidad en Liga

Mojica y Álvaro Rubio celebran el triunfo contra el Alavés del pasado 11 de enero de 2015.-J.M. LOSTAU

Publicado por
J. I. Fernández

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¿Recuerda que hizo el 11 de enero de 2015? Si es aficionado del Real Valladolid seguro que celebrar el tercer triunfo consecutivo del conjunto blanquivioleta. Algo que ya no se ha podido hacer. Y es que casi dos años después no se ha logrado sumar tres victorias de manera seguidas. Un lastre que se lleva arrastrando y que es el culpable de que no se mantenga una regularidad, primordial para estar en los primeros puestos de la clasificación. El no sumar tres partidos ganados obliga a que el equipo tenga que estar con la soga al cuello cada jornada en las dos últimas temporadas.

El 21 de diciembre de 2014, con Rubi (hoy técnico del líder Huesca), el Valladolid realizó el partido más completo y espectacular que se recuerda en el estadio José Zorrilla. Un 7-0 que abrió las puertas de la esperanza a la sufrida afición de creer en poder luchar por el ascenso. El parón navideño sirvió para que el equipo cogiera fuerzas de cara a 2015. En Zaragoza, en una mañana dominical, Óscar González sacó su chistera y logró un doblete que aupó al club al tercer puesto. El gran reto llegó la siguiente jornada: sumar la tercera. Siete días después, en Zorrilla contra el Alavés de Alberto López, se volvió a ganar 2-0 (Álvaro Rubio y Mójica). Por fin se conseguía un objetivo que parecía maléfico.

Como es lógico, sumar tres victorias consecutivas permite ver las cosas de otra manera. Hasta el punto que logró entrar en los dos puestos directos de ascenso, junto a Las Palmas. Desgraciadamente, y con el subidón por los cielos, en la jornada siguiente se volvió a la realidad. O lo que es lo mismo, caer contra el Llagostera. Desde entonces, el Real Valladolid ha sido incapaz de sumar un triplete lo que le ha alejado de sus metas.

Con Rubi se pudo repetir la hazaña por partida doble pero no se logró. Al año siguiente, con Garitano, Portugal y Alberto como triunvirato técnico, ni se rozó. Lo más cerca que se estuvo fue con Miguel Ángel Portugal tras ganar en Albacete (0-1) y al Tenerife (4-1), se volvió a caer en Cataluña. En esta ocasión en Girona. Y en la recta final tras vencer en Oviedo (2-4) y Llagostera (3-0) llegó el desastre de Miranda de Ebro (4-1), que firmó el finiquito del entrenador burgalés.

Mientras que la temporada pasada, con Paco Herrera, el maleficio se hizo enfermedad. Hasta en cuatro ocasiones se ganaron dos batallas consecutivas para caer en la tercera. Y en la era Luis César más de lo mismo. Tras un comienzo ilusionante, dos veces ha tenido la oportunidad de sumar la tercera y no lo ha hecho.

Y lo que pueda parecer un mal reciente, se comprueba mirando los datos que es un mal endémico en este club. Y es que para encontrar la anterior vez del tres en tres, hay que irse a la época Djukic. Al 25 de marzo de 2012 cuando con una victoria contra el Numancia (1-4) arrancó una de las mejores rachas que se recuerdan: siete victorias consecutivas.