FÚTBOL - MALLORCA - REAL VALLADOLID (CRÓNICA)
Goles contra la crisis
El Real Valladolid rompe su mala racha a costa de un frágil y atenazado Mallorca, al que frena en defensa y tumba con una extraordinaria efectividad / Tras un primer tiempo insulso, Jose, Álex López y Míchel sentencian.
El triunfo es contundente, la efectividad en ataque, sobresaliente. Lo importante es sumar y el Valladolid rompe su mala racha con una goleada. El partido, malísimo en el primer tiempo, se transformó apenas comenzada la segunda parte tras el gol de Jose. Otra vez Jose. Daba la impresión de que a los jugadores del Mallorca les quemaba el balón a los pies. Llegaban con cierta facilidad al área pero allí se topaban con una defensa ordenada que resolvió esos ataques sin pasar grandes apuros. El 0-1 dejó K.O. a los locales, permitió al Valladolid jugar sin agobios y dio paso a una soberana lección de efectividad. Olvídense del tiempo de posesión del balón. Lo que vale es chutar a puerta y hacerlo bien. En ese aspecto, el Valladolid se graduó ayer en el Iberostar Estadi. No fue necesario realizar un fútbol brillante. Mandó la eficacia de un equipo sólido en defensa, con un Álex Pérez sobresaliente, y letal en ataque.
Jose es fundamental en el Valladolid. Puede haber momentos en los que Paco Herrera sueñe con él. No pudo alinearlo frente a la Real Sociedad por una lumbalgia y su única preocupación tras el partido de Copa del jueves era tenerlo a punto para la cita de Mallorca. Jose se recuperó, cogió de nuevo los galones y dejó huella en el Iberostar. Es cierto que apenas se le vio en la primera parte y las veces en las que estuvo cerca del balón fue en posición de fuera de juego. Los primeros 45 minutos se marcharon a la basura. El balón parecía un pato mareado en poder de los jugadores de ambos equipos. El árbitro miró hacia otro lado cuando debió pitar un penalti por manos de Company en el minuto 18 y también en el momento que Culio dio un codazo a Juan Villar (m. 43). Entretanto, Jose calculó mal cada vez que corría tras el balón en los pases de Míchel y Jordán.
Más de un aficionado pudo echar una cabezadita ante el pobretón espectáculo que había sobre el césped del Iberostar. El Valladolid había cumplido su objetivo en el primer acto -dejar la portería a cero- pero eso no suponía premio alguno porque el adversario que había enfrente estaba mucho peor. Lo que dijo Fernando Vázquez de sus jugadores la víspera del encuentro es una realidad. Señaló que el problema es un tema de mentalidad porque piensa que a los futbolistas que entrena les falta confianza para mejorar su rendimiento.
El Valladolid estudió bien al Mallorca en la primera mitad y lo remató en la segunda. El 0-1 surgió tras una obra de arte. Juan Villar cruzó el balón de derecha a izquierda, Jordán lo acomodó a su pierna zurda para cedérselo a Jose y el Pichichi del equipo lo barrió para transformarlo en gol. Acababa de iniciarse el segundo tiempo y los jugadores del Mallorca comenzaron a hundirse. Ese aspecto psicológico al que se refería su entrenador antes del partido era patente en sus rostros. El Mallorca veía venir una nueva derrota, mientras el Valladolid se convertía en otro equipo, diferente al que había estado en el campo hasta entonces.
El Mallorca se adueñó del centro del campo pero la posesión del balón era engañosa. Paco Herrera sacrificó a Juan Villar y dio entrada a Markel para reforzar el trabajo de contención. Era necesario poner un candado en el área y esperar a una contra para sentenciar. Si el primer gol había sido brillante, el 0-1 no le envidió en nada. Moyano firmó un cambio de juego excelente con un pase tan lejano como certero y sirvió a Álex López para que estrenase su casillero goleador con la camiseta del Valladolid.
A partir de ese momento (minuto 78), el espectáculo ya no estaba en el césped sino en la grada. Los aficionados locales sacaron sus pañuelos en señal de protesta -¿cuánto durará Vázquez?-, muchos comenzaron a abandonar las gradas y los jugadores del Valladolid, entretanto, tocaban el balón a su antojo y demostraban que no es necesario realizar un fútbol brillante para ganar con autoridad.
Jordán, que recuperó la titularidad, probó fortuna con un lanzamiento flojo y Míchel fue más resolutivo tras la asistencia de Raúl de Tomás y marcó. 0-3: el mejor remedio contra la crisis.