Indigestión en el debut

Bienvenidos a la realidad, cruda realidad. No es oro todo lo que parece. La Liga Asobal en poco o más bien en nada se parece a la División de Honor Plata donde el pasado año el Recoletas BMAtlético navegó plácidamente.

La dureza, exigencia, criterio arbitral y sobre todo el elevado ritmo de los partidos de la Liga Asobal obligarán a mostrar una cara distinta a la ofrecida ayer, con demasiados errores en el eje defensivo y con atasco en la zona de creación cuando el oxígeno llega con más dificultad al cerebro. Y es que es difícil de explicar como la llama del ilusionado Recoletas BMAtlético fue perdiendo fuerza a medida que fueron transcurriendo la segunda mitad hasta apagarse. El conjunto de Nacho González vio como una máxima renta de cinco goles (19-14) iniciado los segundos treinta minutos se escapó de las manos como si nada. Su incapacidad para frenar la conexión de su rival con el pivote Tomas Moreira, un aguijón envenenado con 10 dianas, unido a su falta de ideas y sobre todo pegada desde el flanco derecho le llevaron a una derrota tremendamente cruel.

A un segundo para el final de partido y con un hombre más en cancha por exclusión dos minutos antes del primera línea ruso Mikhail Revin, encajó un gol en un clamoroso despiste defensivo a la hora de contar que dejó solo a Josic que no desperdició la oportunidad de martillear la portería de un ‘vendido’ Javi Díaz. El Puente Genil, que daba por bueno el empate a 26 goles, ni siquiera probó con el portero-jugador. Pero el Recoletas Atlético, quizás excesivamente pendiente de no ser ‘picoteado’ por enésima vez por el aguijón del mortífero Moreira (10 goles de 11 lanzamientos) dejó sin marca al lateral izquierdo ruso del Puente Genil que ponía el definitivo y cruel 26-27 en el electrónico de Huerta del Rey.

El soñado debut en la Asobal de los vallisoletanos se indigestaba víctima de sus errores y también de la falta de oxígeno con la que llegó a los momentos de la verdad en una segunda mitad que se les hizo eterna. De poco o de nada valieron los primeros minutos de su veterano faro Diego Camino, fundido en el tramo final. De poco o de nada valieron los latigazos que enseñan un futuro prometedor al pequeño de la saga Dujshebaev. Como de poco o de nada valió la más que aceptable aportación del portero Javi Díaz. El agujero en el eje de la defensa para sujetar a la posiblemente mejor versión de su vida del pivote Moreira, así como la falta de continuidad en el juego de izquierda a derecha, terminaron por apretar el nudo en la garganta del Recoletas Atlético Valladolid.

La renta de cinco goles trabajada a lo largo de la primera mitad tras aprovechar de forma notable las superioridades (en ataque, no en defensa), se fue esfumando jugada a jugada, minuto a minuto en la segunda mitad.

La rotación de banquillo tampoco aporto grandes cosas porque cuando se tapaba un agujero aparecía otro. Así, remando contra corriente de forma incomprensible Río ponía el 26-26 a 30 segundo para el final. Puente Genil solicitó tiempo a falta de 20 segundos y su jugada final, con uno menos y sin que los vallisoletanos hicieran golpe, acabó en la red. 26-27. Obligada reflexión y triste despertar para un equipo, imberbe y de momento ‘pardillo’, que no supo matar el partido cuando debía ante un Puente Genil con más tablas en una Liga que no permite regalos.