De los Anexos a Corea

El fútbol coreano, como su propia cultura y sociedad, es un deporte con buenas maneras y ganas de evolucionar pero los métodos de entrenamiento distan mucho aún de los europeos. Afortunadamente el talento no se puede desarrollar como si fuese un ordenador o un electrodoméstico, donde ellos sí son unos maestros. Es ahí donde aparece el germen del valorado entrenador español. Desde el país asiático se han fijado en un palentino, pero con media vida hecha en Valladolid, Miguel Angel Baltanás, para dar forma a las categorías inferiores del Daegu, un equipo de Segunda División.

El de Dueñas ha pasado por todas las etapas. Llegó con 15 años a los Anexos y pronto se convirtió en una de las promesas más importantes de la cantera (con convocatorias con la selección española sub 18) hasta que una grave lesión le truncó todo. Más tarde fue ayudante del vallisoletano Julio Velázquez en el juvenil, y posteriormente responsable del departamento de observación. Ahora, afronta su reto más importante. «Voy con mucha ilusión. No creo que sea un paso atrás, porque tengo 29 años, y es el momento para hacerlo. Voy a crecer mucho como entrenador, en un momento en el que es complicado encontrar un hueco», comenta. Y es que tras su paso por el Real Betis no ha vuelto a sentarse en un banquillo. «Primera y Segunda en España es un coto privado. Hay que salir y proyectarse para luego poder volver», explica.

La decisión fue muy meditada. Más de cuatro meses, varias llamadas por Skype y un proyecto minucioso detallando qué pretendía hacer con la base del club surcoreano. El principal valedor fue Fernando Gaspar, expreparador del Real Valladolid, y que estuvo con José Antonio Camacho en China. «Me ha dicho que el idioma es fundamental, y aunque el coreano es muy complicado, se emplea el inglés como segunda lengua», comenta. En principio el contrato es por un año, aunque le ofrecían tres, «les dije que si estamos bien, ya habrá tiempo de renovar», apunta.

Baltanás tendrá que enfrentarse al taekwondo, primer deporte nacional, y al béisbol. El exblanquivioleta no quiere «entrar como un elefante en una cacharrería», de ahí que lo primero será observar. «Su fútbol inferior no tiene estructuras claras, se dividen en sub 12, sub 14, sub 18 y reservas. La idea es darles forma y preparales para el primer equipo», por eso no descarte la posibilidad de sentarse en el banquillo del Daegu.

«Tengo miedo pero sé que es un gran paso adelante»

Daegu (léase Dégu) es la cuarta ciudad más poblada de Corea del Sur, después de Seúl, Busán e Incheon, con dos millones y medio de habitantes. A200 kilómetros de la capital, se encuentra muy bien comunicada gracias al Tren de Alta Velocidad. Baltanás ya se encuentra allí donde ha comenzado a trabajar con su nuevo club. Viajó con «miedo» a lo que se fuera a encontrar, pero de momento ya es uno más de la familia azulona.

Eso sí, le han recomendado que tenga mucho cuidado con el picante, ya que en este país asíático, es una constumbre muy habitual en su gastronomía. Además ya tiene contactos en el país.

El estadio, construido para el Mundial de 2002, es denominado Blue Arc o en español Arca azul, por sus colores, y tiene una capacidad para unos 68.000 espectadores.

El exblanquivioleta recuerda cuando le comentó a su familia que tenía una oferta de Corea del Sur. «Pero esto está muy lejos ¿no?», preguntó su padre. Lamenta que en la maleta no le hayan dejado incluir comida, aunque lo que no ha faltado es la tecnología.