BALONMANO
BM Atlético ejerce de modelo de aprovechamiento del ‘PIB’
Pese a contar con un elevado presupuesto, cuatro de cada cinco jugadores son de la casa y sabe sacarles rendimiento deportivo / El R. Valladolid, sin ningún jugador local, en el otro lado de la balanza
La crisis económica ha obligado a los clubes de élite de Valladolid a mirar más que nunca de puertas hacia adentro en busca de un mayor rendimiento o aprovechamiento deportivo del catalogado como ‘Producto Interior Bruto’, sus jugadores con DNI vallisoletano. Tirar de cantera se ha convertido en la gran mayoría de los casos más en una necesidad que en un ideal filosófico real. Aunque el hecho de contar con jugadores de la casa se suele transformar en un mayor número de abonados y en un factor multiplicador de implicación e identificación con la sociedad vallisoletana, son los números, las cuentas, las que realmente obligan a nuestros clubes de elite a girar la cabeza en busca de ‘su’ PIB de forma casi desesperada.
Tirar de cantera y de jugadores vallisoletanos no significa como pudiera parecer renunciar a objetivos de alto calado. El BMAtlético Valladolid y el CPLV(aunque el club de hockey con una etiqueta, pese a su elevado presupuesto, mucho menos profesional) son los ejemplos de que éxito deportivo e identificación con el tejido deportivo vallisoletano pueden ir perfectamente de la mano. El club de balonmano ejerce de escaparate donde reflejarse gracias al hecho de contar con un 78% de jugadores vallisoletanos. Así, de sus 18 jugadores en plantilla, 14 son de la casa, un a priori ‘handicap’ que le permite marchar líder de la División de Honor Plata. Cuatro únicos ‘fichajes’ de los cuales, uno, el italo-argentino nacionalizado Viscovich está casado con un vallisoletana.
En el mismo camino, con un 85% de jugadores vallisoletanos en sus filas, se encuentra el equipo de hockey en línea. 14 jugadores de la casa y tres extranjeros para dotar de calidad a un equipo que volverá a pujar por los títulos nacionales.
El recién creado CBCiudad de Valladolid cambia por completo la filosofía y forma de actuación que ha tenido el baloncesto a lo largo de los años en Valladolid. El 67% de su primera plantilla es ‘de la casa’, un planteamiento totalmente antagónico al del último año en la ACB (temporada 2013-2014), con dos únicos vallisoletanos (Izquierdo y Martínez) en una rocambolesca plantilla que llegó a tener en nómina en las manos del catalán Ricard Casas a nada menos que 21 jugadores. O incluso el pasado año en la LEB-Oro con Porfi con dos (De la Fuente y Martínez) de once jugadores.
Las exigencias del guión tras la creación del nuevo club como alternativa a la desaparición por quiebra del CBValladolid le ha obligado a mirar de puertas hacia adentro. Aunque en el plano deportivo las cosas no están saliendo bien, todo lo contrario, en el capitulo social todo va sobre ruedas al haber captado un 50% más de los abonados previstos en un principio y ser capaz de construir una cartera con una veintena de equipos.
El BMAula Valladolid, militante en la División de Honor de balonmano femenino, también tiene un gran peso específico ‘su’ PIBsin que el rendimiento deportivo baje enteros. Así, el 58 % (11 jugadoras de 19 posibles) de la plantilla es vallisoletana, un porcentaje un tanto inferior al de la pasada campaña (11 jugadoras vallisoletanas por seis fichajes).
El caso del rugby es singular y sintomático. El Quesos Entrepinares, un club que años atrás se identificaba por su elevado tejido vallisoletano, ha cambiado de planteamiento en busca de la gloria deportiva. Así, la presencia de jugadores vallisoletanos en su primer equipo, aunque asciende hasta a 12 jugadores, su porcentaje de peso tan solo llega al 34%, muy lejos del 61% de su ‘vecino’ El Salvador, con 22 vallisoletanos en sus filas y con unas miras deportivas (aunque con un presupuesto similar) mucho menos ambiciosas. El VRAC tiene en ‘nómina’ hasta a 8 fichajes nacionales, otros 6 jugadores con doble nacionalidad y... otros 9 extranjeros. Números que cuanto menos sorprenden en un club históricamente tildado de ‘club cantera’ aunque algunos de estos ‘fichajes’ ya se han asentado en Valladolid. ¿El resultado de su osada apuesta? Es el incontestable rey del rugby actual en España.
En el polo opuesto a la presencia de jugadores vallisoletanos en el primer equipo vuelve a estar un año más el fútbol y el Real Valladolid. El club blanquivioleta militante en Segunda División, al igual que el año pasado, no tiene a ningún vallisoletano en sus filas. 21 jugadores, 21 fichajes. Pero la repulsa o mirada al lado contrario donde se ubica la cantera también se extrapola al su equipo filial. El Valladolid ‘B’, militante en Segunda B tan solo cuenta con seis fichas de jugadores vallisoletanos. El resto (15 jugadores) son fichajes. La pregunta es obligada. ¿El fútbol local no da para más?
Con las excepciones de Real Valladolid y Quesos Entrepinares, la crisis económica ha multiplicado la presencia vallisoletana en los equipos de elite de la ciudad. Así, de 182 jugadores enrolados en los ocho equipos mencionados, 90 (49,45%) son vallisoletanos, unos guarismos que mejoran los números del pasado año (80 vallisoletanos y 101 fichajes (44,19%).