Un jugador de película

Encorbatado, con vaquero, chaqueta gorra y zapatillas, al más puro estilo americano, la figura de Brock Gillespie en poco o en nada se pareció a la que mostrara vestido de corto tres días antes en su decepcionante debut con la camiseta del CBCiudad de Valladolid. El jugador americano era presentado ayer en el concesionario de Valladolid Wagen con todos los honores que requiere un jugador con la vitola de ‘estrella’ aunque su forma física, de momento, no se la más adecuada como demostró en su accidentado primer partido ante el Clínicas Rincón (cero puntos y -5 de valoración).

Gillespie es todo un trotamundos del baloncesto internacional al haber actuado en nada menos que 16 equipos desde que se licenciara por la Universidad de Rice (NCAA) en 2005. El Ciudad de Valladolid será su decimoséptima parada y posta. ¿La definitiva? El jugador reconocía ayer que tenía ganas de volver a España (su mujer es española y actuó en Lleida en la LEB-Oro y Plasencia en la LEB-Plata). «Mi trayectoria me ha llevado a muchos sitios pero me gustaría que esta nueva aventura no fuera solo otra pequeña parada y que pudiera alargarse en el tiempo».

Se da la curiosidad de que Brock Gillespie intervino como actor en la película ‘Camino a la gloria’ producida por Walt Disney y dirigida James Gartner en 2006. Dicha película está basada en la historia real del equipo de la Universidad de Texas Western que dirigía el entrenador Don Haskins y que fue la primera en ganar un título NCAA con siete jugadores afroamericanos, cinco de ellos formando el quinteto inicial. Aquel equipo se impuso en la final a la poderosa Kentucky de Adolph Rupp, cuyos componentes eran todos blancos y en el que su líder fue interpretado por Brock Gillespie. El nuevo jugador del Ciudad de Valladolid, que llega como teórico líder o estrella del equipo, comentaba ayer aquella experiencia. «No sé si seré la estrella de Valladolid pero me gustaría que no me pasara como en la película que interpreté a la estrella del equipo rival que metía todos las canastas fallando la última para ganar. Ese guión no lo asumiré», comentó sonriendo.

El debut de Gillespie ante el Clínicas Rincón tras apenas aterrizar de Estados Unidos dejó un mal sabor de boca entre una afición que a buen seguro se esperaba otra cosa. «El partido del pasado domingo no es un buen indicador de lo que puedo aportar al equipo. No estuve metido en el partido. Estoy acostumbrado a jugar muchos minutos y no fue así. No creo que me cueste mucho tiempo coger la forma. Agradezco la confianza depositada en mí tanto por parte del club como sobre todo por Mike Hansen, un presidente con el que puedo hablar de baloncesto».

El último pasajero del CBCV, acompañado ayer por el presidente Mike Hansen que ejerció de perfecto intérprete, se considera un base aunque es consciente de que las necesidades del equipo le obligarán a jugar de escolta. «Me gusta el equipo, hay veteranía y juventud y le veo un buen futuro».