Dos puntos a la basura

Nunca un empate fuera de casa supo a tan poco. El Real Valladolid tiró dos puntos a la basura en Almería frente a un equipo que ahora mismo está hundido anímicamente y que podría encontrarse mucho peor si Mojica hubiese transformado el penalti que lanzó en el tiempo añadido. La frialdad que había tenido el colombiano para empatar el partido en el minuto 62 le faltó media hora después.

El raquítico punto que se trae el Valladolid tiene como valor más positivo dejar al Almería cerrando la clasificación una jornada más. Este equipo, que ahora mismo no sabe a lo que juega, podría ser un rival en la lucha por el ascenso si da un giro radical y transforma el juego pobretón que mostró ayer.

Portugal dio continuidad al equipo que utilizó una semana antes en su debut frente al Mirandés. Sólo hubo dos cambios en el once titular y ambos obligados por la sanción y la lesión de André Leao y Óscar respectivamente.

El Valladolid salió con ambición en busca del balón y lo tuvo durante el primer cuarto de hora, el tiempo que necesitó el Almería para despertar del letargo inicial y tomar el mando en el centro del campo ante la falta de consistencia de Tiba y Timor, la pareja de centrocampistas que alineó Portugal, ante ausencia reseñada de André Leao y la de Álvaro Rubio, que no se recuperó de sus molestias.

La velocidad de Mojica por la banda izquierda sorprendió al Almería. En su primera aproximación al área, el colombiano estrelló el balón en el poste tras un remate fortísimo. Era el minuto 5 y los locales apenas habían visto el balón. En el segundo contragolpe del Valladolid, Mojica ganó en velocidad a Antonio Marín y sirvió un centro medido al que no llegó Rodri. Comenzaron mandando los hombres de Portugal y en las gradas se palpaba la preocupación por este Almería que antes de comenzar la temporada era uno de los grandes candidatos al ascenso y ayer recibió al Valladolid como farolillo rojo de la clasificación.

El poderío inicial comenzó a desvanecerse en el momento que Mojica dejó de recibir el balón. El Valladolid fallaba en la sala de máquinas, Tiba apenas entraba en juego y Timor se veía obligado a retrasar su posición para reforzar a los centrales ante las llegadas al área del Almería, que trató de subsanar con envíos largos su dificultad para sorprender por las bandas.

La urgencia por sumar de tres en tres atenazó durante muchos minutos a ambos equipos, conscientes de que el empate podía ser el mal menor. Las fuerzas estaban igualadas en los primeros minutos de la reanudación pero Kepa le regaló el 1-0 al Almería. Trató de jugar el balón tras una cesión de hermoso pero se lo regaló al exblanquivioleta Quique, quien marcó a placer en boca de gol.

El efecto del 1-0 fue sorprendente. El Almería se echó para atrás con descaro y el Valladolid recuperó la iniciativa de los minutos iniciales del primer tiempo, recuperó la posesión del balón y encontró muy pronto el premio a su dominio con un golazo de Mojica tras aprovechar un rechace en corto de Casto tras un zurdazo de Juan Villar. El Valladolid hurgó en la herida del Almería y le buscó las cosquillas con la velocidad de Mojica por la banda izquierda. El partido entró en una fase de ataques alternos con dos equipos buscando el gol de la victoria hasta que llegó un nuevo regalo del Valladolid al provocar Timor un penalti absurdo. Chuli tiró flojo y al centro y Kepa lo detuvo.

Fue otro golpe bajo para los locales, sin recursos para doblegar a un Valladolid que volvía a jugar con precisión y a imprimirle rapidez a sus ataques. Portugal buscó la baza del juego aéreo y dio entrada a Juanpe en busca de sus remates de cabeza, pero la mejor ocasión se la brindaron a Mojica y el colombiano la desaprovechó. Maldito penalti.