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Fútbol, copa del Rey

Con los suplentes tampoco

El Valladolid se despide del torneo del K.O. en Oviedo / Fue superior muchos minutos pero encajó dos goles al inicio del segundo tiempo y se quedó con diez jugadores por una nueva expulsión de Juanpe / La reacción final no tuvo premio

Juan Villar pudo lograr el 2-2 en este remate de cabeza que salió por encima del larguero, ayer en el Carlos Tartiere.-Photo-deporte

Publicado por
Javier Álamo
Valladolid

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Se acabó la Copa. El torneo del K.O. sólo le ha durado al Valladolid 90 minutos esta temporada. Tres minutos nefastos al comienzo de la segunda parte estropearon el buen trabajo que había realizado hasta el descanso. Una nueva expulsión de Juanpe -la segunda en cuatro días- volvió a dejar a su equipo en inferioridad numérica. A eso se sumó anoche el doble fallo de Marcelo Silva y Kepa en la jugada del 2-0 antes de que al Valladolid le diese tiempo a reaccionar. El central entregó el balón a Hervías y el remate de éste entró por el centro de la portería y sorprendió al portero.

Los dos goles del Oviedo dieron un giro total al encuentro, dominado por el Valladolid en varias fases del primer acto. Una vez más, los hombres de Garitano tuvieron que derrochar un esfuerzo extraordinario que finalmente sólo les sirvió para acortar distancias. Curiosamente, el Valladolid se recuperó del mazazo que supone encajar dos goles casi en un suspiro. La destacada actuación de Ángel -el mejor del equipo con diferencia-, y la furia de Erick Moreno, que jugó los últimos veinte minutos, obligaron al Oviedo a encerrarse en su área para defender la renta, que se acortó en el minuto 72 tras marcar Alfaro en boca de gol.

En la primera parte, los suplentes de Garitano mostraron una imagen muy diferente a la que vienen ofreciendo los titulares en la Liga. El Valladolid tocó bien el balón en el Carlos Tartiere y logró meter en su área al Oviedo durante muchos minutos. La buena circulación a cargo de Álvaro Rubio propició las continuas llegadas por la banda de Guzmán -aunque después estuvo desaparecido- y alguna aislada de Ángel por el extremo izquierdo. En cuestión de 20 minutos, Álvaro Rubio movió el balón con la precisión que le está faltando al equipo en la Liga.

De inicio, en el Valladolid había sólo cuatro jugadores que formaron en el equipo inicial que se midió a la Ponferradina enEl Toralín, Kepa, Juanpe -expulsado el domingo a los 21 minutos- Alfaro y Rodri, pero la gran novedad fue el cambio de sistema que empleó Garitano al formar con un 4-4-2, dejando en el ataque a Diego Rubio y a Rodri.

El Oviedo reservó también a muchos jugadores para la Liga. De hecho, Sergio Egea sólo repitió con dos de los futbolistas que alineó este pasado domingo frente al Albacete, Borja Gómez y Hervías. Era un partido de suplentes en toda regla y el Valladolid llevó la iniciativa en muchos momentos, aunque volvió a fallar en lo que está siendo su asignatura pendiente en la Liga, los remates a puerta. Diego Rubio y Rodri lo intentaron desde la frontal tras sendos robos de balón pero sus lanzamientos no vieron puerta.

El Valladolid se llevó varios jarros de agua fría al comienzo de la segunda parte. Se vio con dos goles en contra de forma sorprendente y perdió además a uno de sus centrales, lo que obligó a Garitano a modificar el sistema de juego. Enseguida retiró a Diego Rubio para colocar a Marcelo Silva junto a Samuel en el eje de la zaga y a continuación buscó más poder ofensivo con Juan Villar.

A pesar de la adversidad, el Valladolid se desmelenó. Ángel se convirtió en un extremo izquierdo portentoso con frecuentes llegadas al área y centros precisos. En uno de ellos, Alfaro acortó distancia y en otro posterior Juan Villar desaprovechó una magnífica ocasión para empatar al cabecear alto cuando lo más fácil era batir a Miño. El Valladolid seguía muy vivo en el partido y los jugadores del Oviedo comenzaban a estar más pendientes del cronómetro. Al equipo le faltó más continuidad de Tiba en el juego. El mediocentro evidenció en su debut que todavía le falta ritmo de competición.

Los cambios realizados por Garitano tuvieron un efecto dispar. Erick Moreno estuvo muy combativo y logró que en muchas ocasiones fueran dos los jugadores que se encargasen de su marca pero Juan Villar firmó una noche horrible con fallos frecuentes en sus acciones. El Valladolid dijo adiós a la Copa sin tiempo para saborearla.