Un estajanovista llamado Rodri

Rodrigo Ríos -Rodri a partir de ahora- revivió la historia del emigrante que vuelve de Alemania. De lujo y con maleta de piel noble en vez de cartón, pero emigrante.

La suya no es una historia de triunfador. El 1860 Múnich apenas le sacó la pasada temporada unas gotas del jugo que desparramó en Almería. 12 partidos en la segunda alemana y un gol. El rival ciudadano del Bayern no ascendió y se vio obligado a colocar a sus jugadores más caros en la casilla de salida. Uno era él.

«Es otro país, otras costumbres y otra manera de ver el fútbol. Llegamos tres españoles y nos costó acoplarnos a aquello. Para eso está la experiencia. No ha sido buena y vuelvo a casa. Lo otro es pasado y hay que centrarse en el objetivo», comentó el fichaje en su rueda de prensa de presentación, celebrada en Adarsa, empresa colaboradora con el club.

Una cesión que el atacante dilató, a la espera de ofertas de la élite. «Todos los futbolistas quieren jugar en Primera pero muchas veces viene bien también hacerlo en Segunda para tener muchos partidos y volver a sentirse futbolista. La negociación fue dura pero tenía ganas de volver a España. La del Real Valladolid era la mejor opción de Segunda. Tengo amigos aquí y con sus palabras me decidí a venir al cien por cien».

Esos amigos a los que alude tienen nombre. «Jugué con Alfaro en Sevilla y con Marcelo en Almería. Han tenido que ver con mi fichaje y agradezco su apoyo».

La pregunta por su gol con la mano al Real Valladolid cuando jugaba con el Almería era inevitable. Más que arrepentimiento, dejó entrever que ahora su nuevo equipo será el beneficiado. «Siempre se habla de eso, pero también es pasado. Son actos reflejos de delantero y hay que tomarlos positivamente. El trabajo éste será ahora para el Valladolid».

Su definición como delantero no admite interpretación. «Doy mucho trabajo. Con eso los goles van a venir seguro». Tampoco su reto personal para este curso. «Jugar todo lo que pueda y me dejen, y hacer el máximo de goles posible».

Rodri no ha visto a Garitano pero ya sabe cómo es. «No he tenido la oportunidad de conocerlo porque cuando yo llegaba, el equipo se marchaba a Portugal. Lo que me han contado Braulio, Marcelo y Alfaro es muy bueno. Es un tío serio, un míster duro. Es lo que necesita un equipo como el Real Valladolid para estar donde tiene que estar, que es en Primera».

Físicamente llega pletórico, aunque sin minutos de juego. Entrenó desde el principio aparte con el 1860 porque estaba en la lista de salida. «Mi pretemporada empezó el 22 de junio. Llevo un tiempo entrenando. Debo coger el ritmo de partido pero lo que no tengo es falta de entrenamiento».

La categoría no es nueva para él. «Jugué en Segunda con el Barça B y sé que es larga y dura».