Yo miento, tú mientes, él miente...

El baloncesto de elite en Valladolid agoniza más que nunca. Solo ha hecho falta tirar una sola vez del hilo (no me imagino qué puede pasar si se optara por seguir tirando) para dejar en paños menores a un club que ha conjugado a lo largo de la historia (al menos de los últimos años) de memoria y de forma consentida el verbo mentir. La cantinela del ‘yo miento, tu mientes, él miente...’ sirvió, mientras se permitió desde las altas instancias, para que el club viviera en un mundo totalmente irreal. Pero lo más grave de todo es que al gran y prácticamente único benefactor del baloncesto en esta ciudad, ahora que ya no está en el Ayuntamiento, se le acusa de guardarse información privilegiada con ese embargo de ‘cuatro duros’ (900.000 euros) que obligó a Intervención a tomar cartas en el asunto y, a la postre ser el primero en tirar, posiblemente sin querer obligado y ‘asustado’ por los casos de corrupción y prevaricación destapados en otros ayuntamientos, del hilo. El hilo que desharía un traje hecho a medida y protegido por esa inmensa mentira convertida en una clavo que siempre sacaba otro clavo. Yo particularmente (y me imagino que la mayoría de los muchos románticos del baloncesto que hay en esta ciudad) no me creo que Sunil no supiera nada, al igual que Juan Vela, de ese embargo, ‘maldito’ embargo de 2013 a cargo de Hacienda, Seguridad Social y el Juzgado de lo Social.

Al parecer la memoria del presidente del CBValladolid es magnífica para olvidar porque el colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar. Dime y lo olvido. Ahora que el barco se hunde el presidente Sunil insinúa con bajarse apuntando con su dedo acusador a la anterior corporación municipal. Me hubiera gustado saber si se hubiese atrevido a decir lo mismo con De la Riva como alcalde.

Visto lo visto uno ya no se cree nada. Las fallidas experiencias con el Karting, la Ciudad del Baloncesto o el Rock Village y la Escuela de Valores, ese proyecto de 10 millones de euros desvelado, curiosamente y algo premonitorio en vísperas de las elecciones sin ningún político como reclamo de apoyo, obligan a no creerse que Sunil Bhardwaj desconocía lo del embargo. Un presidente que no ha expuesto nada, absolutamente nada. Lo que parece claro es que este nuevo corte al CBValladolid no lo arregla ni el peluquero Marco Aldani. La solución del baloncesto de elite en la ciudad, afortunadamente está en manos de la gente del basket, gente de verdad a los que no les puedes decir aquella máxima de Groucho Marx: «Nunca olvido una cara pero con la suya voy a hacer una excepción».