El campeón esquiva la sorpresa

Nada se le pone por delante a este Quesos Entrepinares que está empeñado en hacer historia. El equipo azulón consiguió ayer la clasificación para su cuarta final de Liga consecutiva y lo hizo en un partido que, cuando únicamente se había disputado el primer cuarto de hora, dibujaba uno de los peores escenarios posibles para el vigente campeón de todas las competiciones nacionales... e ibéricas. En el duelo ante el eterno rival, derbis en los que la historia enseña que cualquier cosa puede suceder, el equipo dirigido por Diego Merino caía por un sorprendente 0-10 en el marcador. Sin embargo, el VRAC no se puso nervioso y fue capaz de remontar el encuentro para sellar su pase a la final y dar el penúltimo paso para cuajar una temporada realmente histórica.

El mérito de Hermi El Salvador también fue amplio. El conjunto colegial supo sacar rendimiento a su superioridad durante los primeros diez minutos, cuando fue capaz de monopolizar la posesión del oval debido a los numerosos golpes de castigo que fueron señalados en contra de su rival. Un error de Katz en un lanzamiento a palos ya en el primer minuto de juego dio paso a una sucesión de buenas noticias para el Hermi, con un golpe de castigo ahora sí anotado por Sam Katz y una buena jugada de continuidad de la línea de tres cuartos del conjunto blanquinegro que permitió al canterano Óscar Casado posar el oval en la línea de marca azulona.

En un abrir y cerrar de ojos, cuando apenas se habían disputado unos minutos del derbi, el Hermi daba la sorpresa para ponerse con 0-10 en el marcador y poner entre las cuerdas al campeón. La ventaja blanquinegra aún pudo ser mayor si Katz hubiera estado más acertado con el juego al pie.

A pesar del susto inicial, el Entrepinares supo no perder los nervios y seguir jugando la final a su ritmo. Consciente de que su tremenda superioridad en delantera tenía que dar resultados tarde o temprano, ni siquiera se puso nervioso cuando Griffiths estrelló un oval en los palos. El monólogo del balón que había disfrutado el Hermi en los primeros minutos pasó al bando azulón. Así, el Entrepinares comenzó a ejercer un dominio apabullante en melé cerrada, y a pesar de no estar nada fino en la touche, se plantó a jugar en el campo del rival con la seguridad que dan los títulos acumulados por el club pucelano en la última campaña. Comenzaron a llegar los ensayos a favor de un VRAC que daba la impresión de encontrarse cómodo en el campo a pesar de ir perdiendo en el marcador.

La primera marca lograda por Dan Snee, como colofón a una completa temporada, abrió la veda para que Mateu y Griffiths lograran otros dos ensayos antes del descanso y, con el acierto del inglés en los lanzamientos a palos, dieran completamente la vuelta a la situación. El Quesos Entrepinares finalizaba la primera parte con una clara ventaja de 21-10 en el luminoso, algo difícilmente imaginable solo unos minutos antes.

La segunda parte apenas tuvo historia. Cada vez más castigado físicamente, el Hermi no fue capaz de encontrar agujeros en la defensa de un Entrepinares que tampoco salió de forma decidida a sentenciar, consciente de que podía contemporizar con el resultado y esperar a que pasaran los minutos. Con constantes muestras de orgullo de un Hermi que quiso conseguir un ensayo más para despedirse del partido y una nueva exhibición de Griffiths a palos, otro decisivo derbi de playoff fue agonizando. La historia de este año acabó para el Chami. El VRAC aún puede escribir la página más hermosa de su historia.