Diario de Valladolid
Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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Que conste que esto no es una lección para nadie, pues tampoco me siento capacitado para ello, sino una simple declaración de intenciones. Hablar sobre el papel del periodismo puede sonar ampuloso, pero lo veo obligado cuando se llega a un rubicón como el que debe atravesar el Real Valladolid.

Siete de siete. Entiendo que desde el club no sólo se pueda sino que se deba enviar un mensaje de positivismo exultante, desaforado e incluso irreal. ¿Si no lo hacen ellos, quién lo va a hacer? Sería ridículo declarar desde Zorrilla que el ascenso directo es una quimera, o que cómo un equipo incapaz de ganar a Sabadell y Albacete en casa puede soñar que el pleno de 21 puntos es asequible. Las metas deportivas están para ser superadas y hay que creer en lo imposible para que sea posible. Es la esencia de la competición.

Pero práctica deportiva no es análisis, uno de los tentáculos del periodismo. Respeto a quienes desde la prensa piensen y aventen que las siete victorias son posibles, que están en la mano del equipo, pero a mí que no me coloquen en esa estantería. Obviamente no por falta de ganas, sino porque no le veo visos de realidad. Y lo digo después de que ya haya caído la primera. Un equipo que sólo ha trenzado tres victorias continuadas debe enhebrar ahora siete. Difícilmente creíble, cuando además los tres que le anteceden deben pinchar y muchos de sus rivales que no estaban exigidos en la primera vuelta, luchan ahora a muerte por la promoción o la salvación.

Sin embargo no es éste el argumento principal, sino la forma de sumar esas victorias. «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo», dijo Galileo. Buena parte de afición y prensa esperamos la aparición de ese punto de apoyo en el que sustentar la tesis de que el pleno al 21 es posible.

Un punto que se llama estilo, control del juego, regularidad, competitividad, once tipo, capacidad de respuesta ante un golpe inesperado... Circunstancias que sólo se han visto de forma intermitente en el conjunto de Rubi durante 35 jornadas. ¿Qué base existe desde el análisis para pensar que se pueden agrupar y potenciar en las últimas siete?

En definitiva, me resultaría tan ridículo renunciar al pleno de puntos desde el club como aventar esa posibilidad desde los medios. Y entono mi mea culpa por esa actitud tan poco periodística seguida en líneas generales el año pasado. Primero no había que ser muy duro con JIM porque el equipo se estaba jugando la permanencia. Después no valía para nada ser muy duro con JIM porque el equipo había descendido y no se podía cambiar su destino. Al final el inútil de JIM se fue de rositas. Y el Valladolid, en Segunda.

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