El hundimiento

El juego es opinable. Las cifras, no. Cada vuelta puede dividirse en tres tercios de siete partidos y las cuentas del Real Valladolid hablan a gritos sobre su bajón en resultados. Llega justo en el momento en que debe darse ese golpe de riñones para atesorar puntos de cara al objetivo final. Lo que han sabido hacer otros equipos ha sido incapaz de realizarlo el de Rubi.

Los números de su escuadra hablan de hundimiento. Resta un partido para completarse el tercio central de la segunda vuelta, pero en los seis primeros tras el paso del ecuador, los blanquivioleta eran el mejor equipo. En los siguiente siete encuentros se han transformado en el quinto peor, sólo por delante de escuadras en caída libre, como Osasuna, Barcelona B, Recreativo y Mallorca.

El resto de los inmersos en plena lucha por diferentes objetivos (ascenso, promoción o salvación) ha sido mejor que los pucelanos excepto dos equipos de arriba, Las Palmas y Zaragoza, que igualan sus números.

Nadie pensaba tras golear al Sporting en el advenimiento de la pésima racha posterior. Los de Rubi lucían 13 esplendorosos puntos de 18 posibles. Sólo cedieron un empate con el Lugo (0-0) y una derrota frente al Tenerife (2-0), que anunciaba el comportamiento futuro del Real Valladolid a domicilio. Aun así, sus victorias ante los gijoneses (3-0), Mallorca (1-5), Racing (1-4), y Alcorcón (1-0) invitaban a pensar en un equipo competitivo y eficaz, pese a que no llegase a enamorar completamente con su juego de vaivenes y personalidad cambiante según el rival.

Esos 13 puntos en los seis primeros encuentros de la segunda vuelta sólo fueron igualados por Sporting y Girona, pero con peor diferencia de goles. El actual líder destacado, Betis, era noveno en esta clasificación parcial, aunque sin perder en esos seis partidos. Las Palmas era décimo y ya avisaba de su crisis de resultados, que cada vez le aleja más de un liderato que fue suyo durante mucho tiempo.

Sin embargo los canarios comandaban la clasificación, con 52 puntos. Los castellanos eran segundos, con 51, empatados con Girona y Sporting, por delante del Betis (50).

El partido que lo cambió todo para los albivioleta fue precisamente el del Villamarín. Los de Rubi sufrieron la peor goleada de la Liga. Un 4-0 que escoció por el fondo y también por la forma. A la falta de orden táctico y de soluciones para los problemas que surgían en el juego, se unió la de carácter competitivo de un equipo plano y desarbolado.

Pese al golpe, se rehizo goleando al Numancia. Pero el virus de la duda ya estaba inoculado en la plantilla. Dudas sobre sus posibilidades pero también sobre la eficacia de lo que se les ordenaba. Los tres encuentros siguientes profundizaron en la depresión, con sendas derrotas ante Ponferradina (2-0), Albacete (0-1) y Girona (2-1). Después llegaron la victoria con la lengua fuera frente a Mirandés (2-1) y el empate sin goles ante el Sabadell.

Mientras los albivioleta han sacado 7 puntos de 21 posibles en estos siete partidos, el Betis ha obtenido 18 y, pese a su irregularidad, Sporting y Girona han sumado 11. Dos equipos como Ponferradina y Llagostera vienen desde atrás pisando fuerte, con 13 y 15 puntos, respectivamente.

El fútbol da muchas vueltas. Es posible que los de Rubi retomen la buena senda y asciendan de forma directa. También lo es que horaden en su actual racha y queden fuera de la promoción. Ahora están más cerca del séptimo que del líder.