«El acta miente»

En el descanso, una persona que posteriormente fue identificada como D. Braulio Vázquez Benítez, director deportivo del Real Valladolid CF SAD, se dirigió a mi Árbitro Asistente Nº1 en los siguientes términos: ‘El gol que anulas es legal’. Al final el partido, esa misma persona nos esperó en la puerta de acceso al vestuario arbitral dirigiéndose a mí en los siguientes términos: ‘Ya es la segunda vez que nos jodes’, repitiéndolo en dos ocasiones».

Ésta es, subsanados los errores gramaticales y las faltas ortográficas, parte de la transcripción del acta arbitral de Munuera Montero dedicada al director deportivo blanquivioleta. Braulio desmiente absolutamente haber pronunciado las últimas palabras. «No soy de hablar con tacos y nunca diría algo así. Si fuese cierto no tendría ningún problema en reconocerlo, porque tampoco insulto. Pero es que es falso. Jamás dije eso».

¿Y qué le espetó? El gallego lo reproduce como un resorte. «Me acerqué a él y le dije que nos había quitado cuatro puntos, dos en Pamplona y dos aquí. Lo escuchó perfectamente pero no quiso ponerlo. Quizá para que nadie se acordase del otro partido».

También desmiente el director deportivo blanquivioleta la parte del escrito arbitral dedicada al delegado. Munuera consigna lo siguiente: «Al finalizar el partido, en la puerta del vestuario arbitral, le solicito al delegado D. Francisco José Santamaría Uzqueda, que me identifique a una persona que se encontraba al lado de la misma, a lo cual me responde: ‘Tú tira para adentro que es lo que tienes que hacer’. Una vez expulsado, dicho delegado volvió a entrar en el vestuario arbitral para pedir explicaciones, teniendo que indicarle que lo abandonara».

La versión de Braulio difiere 180 grados. «El árbitro no me conocía y me dice: ‘¡identifíquese, identifíquese!’. Inmediatamente se lo pide a Santamaría. Él en ningún momento le dice que tire para adentro ni nada parecido. Estaba a su lado y oí perfectamente sus palabras: ‘voy yendo y te digo quién es’. Para entonces Munuera ya estaba nervosísimo, gritaba y parecía que ni se enteraba de lo que le decían. Hasta un policía le tuvo que decir que sabía quién era yo».

«Paco [Santamaría] no le dijo nada de nada. Cuando lo expulsó le entró tal impotencia que se puso a dar patadas a una puerta y casi se echa a llorar. Cualquiera que le conozca sabe que es un pedazo de pan», añade.

Lo que sí reconoce Braulio como fidedigno es lo escrito sobre sus palabras en el descanso. «Es cierto que le dije que el gol que nos anuló era legal. Y no mentí, porque Óscar no estaba en fuera de juego».

Braulio asegura que su intención inicial no fue la de increpar al árbitro, sino evitar que lo hiciesen los jugadores, y después dialogar con él. Lo consiguió a medias, pues logró reconducir hacia los vestuarios a algunos futbolistas bastante encendidos con la labor arbitral que quisieron entrar en el camerino del colegiado, adyacente al suyo.

Lo del diálogo fue imposible. «No entiendo que un árbitro pueda ponerse tan nervioso y no haya la oportunidad ni siquiera de intercambiar unas palabras».

El director deportivo sabe que esta redacción del acta le acarreará una multa económica. «La asumo sin ningún problema. Es algo secundario. Lo principal era que ningún jugador fuese sancionado por menosprecio o insultos y eso lo hemos logrado».