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Real Valladolid

33 partidos... y siguen las pruebas

La columna vertebral chirría: Rueda, Leão y Óscar ya no son indiscutibles / Rubi sólo ha repetido alineación una vez en la Liga

Rubio y Óscar, dos pesos pesados del equipo que no son ‘fijos’ en el once-J.M.Lostau

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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La Liga ha consumido más de sus tres cuartas partes sin que se sepa quiénes componen el esqueleto del Real Valladolid. Si la columna vertebral de un equipo la forman central, mediocentro y delantero, el Pucela se halla en pleno proceso de mutación, cuando las certezas y los automatismos deberían imperar de cara a la lucha final por el ascenso.

PORTERÍA

Lo único seguro en el Real Valladolid es la portería. Y posiblemente porque sólo hay dos y uno es muy bueno. Nadie discute a Javi Varas, con muy pocos goles recibidos por errores suyos y un elevado número de tantos salvados. Es la única línea que no despierta preocupación. Raúl Fernández conoce además su rol y lo asume perfectamente.

DEFENSA

No cabe decir lo mismo de la zaga, otrora la menos goleada de la categoría y actualmente un mar de dudas. Algunas heredadas por la falta de ayuda de las otras líneas pero otras muchas directamente imputables a la falta de coordinación y atención de sus componentes. Un balón en profundidad sirve para poner nerviosa a una línea que no escalona sus centrales y con excesivos problemas para tirar el fuera de juego, especialmente Peña.

El bajón defensivo ya le ha costado el puesto a Rueda, teóricamente el líder de la línea, no por ser de mayor calidad que Valiente, sino por su capacidad para sacar jugado el balón. Ahora no la luce y además sus errores groseros de marca, como el cometido frente al Mirandés en el 2-1, pueden devolverle al banquillo, pues jugó a causa de la sanción del catalán, que tampoco está fino. Samuel, central de personalidad y mando, y por tanto rara avis en esta plantilla, parece haberse hecho con un sitio.

El evidente bajón de Chica, quizá cansado por el continuo desgaste, al no contar con un repuesto específico, pone el colofón a un panorama preocupante en una retaguardia que vive sus peores momentos de la temporada.

MEDIO CAMPO

La sala de control, el centro neurálgico, el Houston de la NASA blanquivioleta, presenta más cortocircuitos que conexiones. La última medida de Rubi ha sido relegar a la suplencia a Leão. El hombre que debía conducir el juego del equipo y entró en la Liga como un misil es ahora una bengala, aunque su evolución es acorde a la general de la plantilla.

Rubio, postergado desde el 4-0 al Numancia, volvió tras tres derrotas. Y cumplió. Pese a la etiqueta que le han colgado de que no puede realizar grandes acciones defensivas, es quien mejor maneja el balón del equipo. Una cualidad aún más necesaria tras la invisibilidad de Leão, que siempre se maneja en la zona de confort.

Timor tampoco aporta el contrapunto de potencia al eje de la medular que sí daba antaño. Ni aparece igual en ataque con sus disparos lejanos. En los últimos partidos, incluido el del Mirandés, sus pérdidas de balón son constantes y se empeña en jugar en paralelo con su pareja, en vez de escalonarse. Lo mismo que los centrales.

EXTREMOS

Lo que parecía el sello de calidad de la casa se resquebraja en una mitad. La pareja Hernán-Mojica, envidiable para toda la Segunda y la parte baja de Primera, hace aguas por su flanco zurdo. Mojica ha perdido electricidad, verticalidad, centro y remate tras su estancia con Colombia. Rubi lo achaca a un bajón físico por estar tocado, pero ni siquiera así Jeffren, Omar y Óscar Díaz le convencen más estando sanos. Hernán es hoy por hoy pieza vital en el extremo diestro.

DELANTERA

El retorno de Roger es la mejor noticia generada por el Real Valladolid en los últimos tiempos. El valenciano tiene todo lo que necesita el equipo en ataque y en el vestuario: carácter, lucha, pase, desmarque, juego sin balón y gol. Su tanto al Mirandés es el compendio de lo que debe hacer un punta: físico para llevarse el balón, inteligencia para protegerlo con el cuerpo y calidad para fijar al portero en un palo y cruzar al bola al otro. Será pieza fundamental en este esprín final.

No puede decirse lo mismo del mediapunta. ¿Óscar jugará en casa y Pereira fuera? ¿El gallego se ha desfondado definitivamente o volverá a ser el de Mallorca y Santander? Ambos despiertan dudas, pero en calidad y eficacia gobierna el charro. Se le ve poco y apenas defiende, pero hay que saber llevarlo para que saque lo mejor de sí, porque nadie hace lo que él.

UN ONCE REPETIDO

A este maremágnum de nombres y de jugadores no contribuye precisamente el tiovivo de las alineaciones. En 33 partidos, sólo una vez Rubi ha repetido once (Barça B y Zaragoza), aunque en dos ocasiones más no pudo hacerlo por sanciones. Si su idea con las rotaciones era la de mantener a su plantilla en forma, engrasada y lista para la acción, lo que se ve últimamente es un equipo en regresión y depresión.

Sí, es cierto que el sábado ganó al Mirandés. Un equipo que suma una victoria en sus quince últimos partidos y ante el que se acabó pidiendo la hora sin tirarle a puerta en la segunda parte.

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