Diario de Valladolid

Deporte extremo

El ‘pequeño infierno’ supera la alambrada

La ‘Farinato Race’ reúne a más de 1.200 participantes y muestra su lado más duro con cerca de 100 intervenciones de Cruz Roja

Los participantes demostraron su valor y superaron pruebas tan difíciles y espectaculares como saltos de fuego, alambradas de espino, escalada de pirámides, resbaladizos charcos, carga de sacos, de ruedas… un verdadero infierno en el que los ‘farinatos’ s-José C. Castillo

Los participantes demostraron su valor y superaron pruebas tan difíciles y espectaculares como saltos de fuego, alambradas de espino, escalada de pirámides, resbaladizos charcos, carga de sacos, de ruedas… un verdadero infierno en el que los ‘farinatos’ s-José C. Castillo

Publicado por
J. I. Fernández

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La ‘Farinato Race’ es una de las carreras de obstáculos más extremas de España. Así lo anunció la organización el día de la presentación y la verdad, es que razón llevaba. En Fuente el Sol, la Cruz Roja tuvo que intervenir en más de 100 ocasiones para ayudar a los más de 1.200 ‘espartanos’ que afrontaron con valentía la prueba. Afortunadamente todo se quedó en lesiones menores. Las más llamativas una fractura de muñeca y un esguince de tobillo. Ahora bien, cortaduras por las alambradas, rozaduras y golpes hubo muchos.

En lo organizativo, Rubén Morán, responsable de la prueba, la calificó de «éxito». Las más de 1.200 personas que participaron en la carrera de obstáculos lo certifican. La carrera discurrió en seis tandas de 6,5 kilómetros ,en el circuito más «largo y duro de la prueba».

Tras disputarse en Gijón y Mérida, la carrera, que nació en Ciudad Rodrigo, volvió este año a Castilla y León para disputar una prueba que se celebró entre el Camino Virgen de la Merced y la calle Barco de San Vicente. De esta manera se creó un pequeño infierno en la zona de Fuente el Sol. Los valientes farinatos recorrieron los metros de pruebas ideadas para forzar los límites de cada runner con subidas en soga, saltos imposibles, terrenos pantanosos e incluso, un frío pasillo de hielo y alambre. Se trata de una carrera creada por mentes que rozan la locura, los farinatos deben demostrar un afán de superación extraordinario, algo sólo apto para los que ostentan cierta dosis de superhéroes.

Los ganadores fueron Lluis Barbé y Alejandra del Castro. Los sufridos corredores farinatos recibieron todos y cada uno de ellos sendos obsequios acreditativos de su gran gesta, una camiseta y una medalla. La cara de los participantes durante la prueba lo decía todo. La madrileña Carolina Revilla reconoció que terminar había sido todo un éxito «porque no hay mayor victoria que vencerse a sí mismo». Por su parte, Julio Gutiérrez, de Villadiego (Burgos), calificó la experiencia de «increíble». Mientras que el zamorano Josico de Luis se mostró satisfecho por haber formado parte «de esta gran familia».

Pero la expectación no estuvo solo en el barro y en la arena, el público que se acercó hasta Fuente el Sol vibró de lo lindo con el esfuerzo de los atletas. Ahora, la Farinato Race se traslada a Madrid (19 de abril) y posteriormente será en Ciudad Rodrigo (9 de mayo), donde todo lo recaudado se entregará a Pyfano que trabaja con los niños que padecen cáncer.

La intención es que el próximo año se vuelve a repetir la experiencia en tierras vallisoletanas, pero como asegura Rubén Morán, «eso no depende de nosotros, sino de las administraciones, pero creo que la gente ha quedado muy satisfecha».

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