...Y Sansón no perdió su fuerza

Vista la nueva demostración de entereza del hambriento MyWiGo Valladolid el viernes en la vecina Palencia una pregunta sale a colación de manera obligada. ¿Puede este equipo, sin cobrar, pujar por el ascenso a la Liga ACB? Por lo demostrado ayer y pese a que su entrenador, listo como un zorro, afronta los encuentros vestido de dócil ‘corderillo’ echando flores a su rival independientemente sea grande o pequeño, la respuesta lleva al sí. Porque a diferencia de la mayoría de equipos, por no decir la totalidad de ellos, Porfi Fisac maneja un grupo unido, un equipo, todo un tesoro en el baloncesto de hoy en día. Ni siquiera el temor de haberse liberado tras su ‘rajada’ contra la directiva en los días previos al partido actuó de lastre como temía su entrenador. Pero Porfi, perfecto interpretador del juego del escondite, maneja a su antojo, como nadie, los tiempos de una Liga que se le vuelve a quedar pequeña como ya demostró en el año 2009 cuando devolvió al CB Valladolid a la ACB.

El MyWiGo Valladolid dejó helado a un pabellón Marta Domínguez que esperaba la reacción de su equipo, en caída libre como si de una maldición se tratase tras proclamarse brillante campeón de la Copa Príncipe. El equipo de Porfi mandó de principio a fin. Con un único momento de zozobra en el primera acto cuando encajó un parcial de 0-9 que hizo convocar a los fantasmas de los partidos como equipo visitante. Sin embargo y nada más lejos de la realidad el MyWiGo liderado de forma equitativa y progresiva por un trío letal formado por Uriz primero, Pino después y Montañez para acabar en los momentos calientes del encuentro, no dejó que el Quesos Cerrato asomara su cabeza en busca de una victoria necesaria que para hacerse con el premio gordo de afrontar todos los playoffs con ventaja de campo (tiene que acabar entre los cinco primeros).

Un parcial de 0-9 en la salida del segundo cuarto sirvió para marcar el camino a seguir y, de paso, enfriar el caldeado ambiente del Marta Domínguez. Con un baloncesto generoso en el que la ‘segunda unidad’ (los Stobart, Alvarado, Uclés...) juega un papel determinante, el MyWiGo Valladolid abrió una brecha al descanso (28-41) que parecía premonitoria. Y así fue, porque el conjunto palentino, a base de espasmos en forma de agónicos triples de Dani Rodríguez, Cortaberría (que reaparecía tras una lesión) y Gantt, logró hacer lo que parecía imposible como enjugar hasta 13 puntos de desventaja situándose a dos puntos de distancia (61-63) con cinco minutos por jugarse.

Pero el Quesos Cerrato no contaba con ‘la madre’ como bien la define Fisac, con Montañez, un jugador capaz de echarse al equipo sobre sus ya peladas espaldas para espantar el miedo y evitar que Sansón perdiera su fuerza (67-76).