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Club Balonmano Atlético Valladolid

Panoramix inmortal

Con la pócima de la eterna juventud el vallisoletano Fernando Hernández cumple 42 años como buque insignia del BM Atlético Valladolid y máximo goleador de la División de Honor Plata

Fernando Hernández sopla las velas de su 42º cumpleaños en presencia de sus jugadores del equipo juvenil del BMAtlético Valladolid-J. M. LOSTAU

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Los años no parecen pasar por él. Fernando Hernández, que cumple en el día de hoy 42 años, sigue empeñado en derribar los muros de una lógica que en la gran mayoría de los casos apunta que un deportista de elite a esa edad no puede rendir a un óptimo nivel. Pero Fernando, el ‘zurdo de oro’, es la excepción que confirma la regla. Un jugador con un corazón enorme desgastado por mil y una bátallas en la selección española donde se proclamó campeón del mundo en 2005, en el Ademar de León, FC Barcelona (con el que lo ganó todo, absolutamente todo) y Portland San Antonio, capaz de ponerlo al servicio del equipo fin de semana tras fin de semana. Y eso sin valorar que cada día, que cada mañana, tiene que madrugar para ir a trabajar (lo que le da de comer) sus ocho horas en la empresa familiar (Aluminios del Duero).

Su espíritu competitivo, al alcance de pocos, muy pocos, y su afán por disfrutar de un deporte idolatrado, le mantienen no solo en pie al frente del regenerado BM Atlético Valladolid del que ejerce como capitán y buque insignia, sino como máximo artillero de la División de Honor Plata.

¿Quién dijo miedo? Reviviendo ‘el más difícil todavía’, Fernando Hernández un año después, otro año después del que parecía ser el último de su carrera, vuelve a ser el espejo en el que todos quieren mirarse, el espejo en el que sus alumnos (el equipo juvenil) buscan cualquier guiño, cualquier consejo o mínima similitud a toda costa.

‘Muérdago cortado con hoz de oro, raíces, flores, hierbas, langosta, remolacha, aceite de roca...’ Porque si como se tratase de Panoramix, personaje del comic Axterix, su poción mágica, en este caso la de la eterna juventud, le permiten liderar no solo a su equipo sino estar al frente de la tabla de goleadores de la División de Honor Plata con 149 goles en 18 partidos. 8,28 goles por encuentro, ahí es nada, todo un síntoma de lo que significa Fernando Hernández, historia viva del balonmano, historia viva del deporte.

Como hiciera el año pasado en su 41º cumpleaños Fernando Hernández opta por la prudencia no poniéndose fecha de caducidad. «Nunca se sabe cuanta cuerda me queda. Siempre he dicho que la edad no está en el DNI sino en la cabeza. ¿Cuál es mi edad? 25 años... (se ríe). Pero... ojalá tuviese 25 años y no 42 porque aguantaría todo y los golpes no me dolerían como me duelen ahora. Y sobre todo con esos años la recuperación de esos golpes duraría un día y no una semana como ocurre ahora. Sigo viviendo un sueño porque disfrutar jugando al balonmano para mí, y más a mi edad, no deja de ser un sueño hecho realidad.

¿Mi última temporada como guinda del pastel? Llevo mucho tiempo, muchos años saboreando la llamada guinda del pastel», reconoce.

El zurdo de oro (24-2-1973), último premio José Luis Morencia de la APDV, lanza su mirada a un horizonte situado, de momento, al término de esta campaña. «Mi sueño perfecto, lejos de poner una pica más en mi historial como máximo goleador de la División de Honor Plata, sería devolver a la ciudad el balonmano de primera, el balonmano de Asobal. Y hacerlo de forma directa, sin pasar por una fase de ascenso, aunque dicha fase se jugase en casa, porque no dejaría de ser una lotería, como lanzar una moneda al aire».

¿Y después? Fernando reflexiona por unos momentos para sacarse una respuesta pensada y muy posiblemente meditada. «Habrá que ver cómo estoy yo, donde estamos, en Plata o Asobal y si el club cuenta conmigo. Son muchas variables que hay que analizar. También tener a las niñas tan lejos (en Valencia) se me hace cada vez más complicado», reconoce.

Fernando se muestra ilusionado por la respuesta y aceptación que ha tenido el nuevo proyecto en el que está embarcado tras la disolución del BM Valladolid. «Nadie se hubiera imaginado que íbamos a contar con 1.600 socios y que cada partido acudiesen 1.300 a Huerta del Rey. Y aquí estamos, un grupo unido luchando por todo y haciendo disfrutar con un proyecto comprometido y de la casa. ¿Qué más podemos pedir? Bueno.... sí, el ascenso a la Asobal» (vuelve a reclamar con el guiño de una sonrisa ).

Fernando sopla las velas de su 42 cumpleaños mientras sus discípulos del equipo juvenil se frotan las manos porque tras el entrenamiento habrá el reparto del botín: la tarta. Murmullos entre ellos y miradas de admiración al ver el 4 y el 2, los dígitos de su edad. «Entre tres de nosotros no hacemos la edad de Fernando», comenta uno de ellos.

El protagonista riza el rizo y al trabajo y a los entrenamientos con el primer equipo del BM Atlético añade la dirección de los juveniles. «Aquí sí me queda mucho camino por recorrer (se ríe). Aquí no es la guinda sino la base de la tarta. Es mucho más complicado que jugar porque aunque yo lo veo fácil lo difícil es poderlo transmitir».

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