Diario de Valladolid

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Un chollo para los modestos

Desastroso partido del Valladolid, que vuelve a perder con un rival en zona de descenso / Jugó con uno menos tras la expulsión de Pereira en el minuto 28, fue superado en todo el campo y no reaccionó tras encajar el primer gol

Rueda trata de cortar la internada de Suso, autor del primer gol, en el partido disputado en el Heliodoro Rodríguez-LOF

Rueda trata de cortar la internada de Suso, autor del primer gol, en el partido disputado en el Heliodoro Rodríguez-LOF

Publicado por
Javier Álamo
Valladolid

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En Santa Cruz siguen disfrutando con el Carnaval. El Tenerife lo celebró con una victoria ante un Valladolid penoso, un Valladolid al que apenas se vio sobre el césped del estadio Heliodoro Rodríguez, un Valladolid que últimamente se mostraba autoritario lejos de Zorrilla pero que continúa siendo un auténtico chollo para los equipos más modestos de la Liga. Le ocurrió ante Mirandés, Sabadell, Leganés y Llagostera, adversarios que estaban al borde del precipicio cuando lo recibieron y, sin embargo, se recuperon con la complicidad de este transformista Valladolid.

El Tenerife también sacó tajada de un Valladolid que vagó como alma en pena sobre el terreno de juego. En los primeros minutos no tuvo el balón, se vio superado en el centro del campo y sólo se acercó al área local en un par de ocasiones. El Tenerife tocaba y tocaba el balón, mientras el Valladolid se lo pemitía sin grandes alardes en los marcajes, y los de Agné no parecían tener excesiva prisa por llevarlo hacia la portería de Javi Varas.

El partido dio un giro radical al filo de la media hora. Jonathan Pereira vio dos tarjetas amarillas en poco más de un minuto y el Valladolid comenzó a descomponerse. Ya no era cuestión de romper el empate inicial, sino de mantenerlo. Más que miedo, el equipo de Rubi sufrió pavor. Si ya era una dificultad no tener el balón, la pérdida de Jonathan Pereira le destrozó. Con clara desventaja en el centro del campo ante el empuje del Tenerife y sin velocidad en las bandas -todo el equipo se acordó ayer de Mojica-el Valladolid se fue autoencerrando para tapar las frecuentes llegadas de Suso y Cristo Martín.

La batalla que libraban Tenerife y Valladolid comenzaba en el césped y continuaba en los banquillos con dos técnicos que se conocen a fondo tras la etapa en la que coincidieron en el Girona. Con superioridad numérica y toda la segunda parte por delante, Agné sabía que era cuestión de tiempo y Rubi comenzaba a buscar soluciones. El Tenerife se tomó el partido con filosofía y el Valladolid seguía con el rumbo perdido.

El verdadero calvario del Valladolid comenzó tras el descanso. El Tenerife le metió una velocidad más a su juego, ganó por un contundente K.O. la lucha en la zona de creación ante el hundimiento espectacular de André Leao y Timor, que eran incapaces de frenar la avalancha local y no tenían recursos para iniciar algún contraataque. En vista del batacazo que se avecinaba, Rubi prescindió de un jugador de banda, Jeffren, y trató de reforzar el centro del campo con la presencia de Rubio. Fue un mal menor. El riojano trató de poner orden e intentó sacar al Valladolid de su guarida pero sin apenas tiempo para inventarse un plan B se encontró con el 1-0.

En esta ocasión, el agujero se produjo en la frontal del área. Cristo Martín vio un hueco enorme entre los centrales, puso el balón donde previamente había fijado los ojos y Suso remató la jugada tras colarse entre Valiente y Rueda.

Ya no había un problema.Ahora eran dos. El Valladolid tenía que afrontar la última media hora con esa inferioridad numérica que tanto le estaba pesando y con un planteamiento muy diferente. Necesitaba un cambio radical en su juego y los actores que tenía Rubi en el césped habían ejercido hasta entonces un papel muy secundario...

El atasco que sufría el Valladolid en el Heliodoro Rodríguez no se limitaba a la pobretona actuación de los jugadores, sino también a la falta de recursos de su entrenador. Esta vez no tenía a Mojica para volar por la banda y tuvo que recurrir a Óscar Díaz, un jugador al que probó en varias demarcaciones tras la lesión de Roger hasta sentarle de nuevo en el banquillo.

Con sendos fracasos en las primeras sustituciones, Rubi se jugó finalmente la baza de Hernán Pérez a cambio de sacrificar un defensa. Tampoco le sirvió. ¿De qué vale un extremo veloz si el balón lo tiene el rival? El Valladolid trató de nadar y guardar la ropa. Se estiró en busca del empate pero el Tenerife lo esperó bien armado y lo sentenció al contraataque.

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