El club y su transparencia

«Vamos a ser transparentes», una frase repetida hasta la saciedad en un club que, sin embargo, por unos motivos u otros, acaba siempre por apoyarse en ese ya manido bastón llamado mentira. Porque la decisión de ocultar la sanción del entrenador del MyWiGo Valladolid no deja de ser una falta de respeto no solo a los medios de comunicación que cubren diariamente la información del equipo sino también a la afición. De poco o de nada sirve el argumento esgrimido como excusa de que se hizo «por el interés deportivo del club».

Fisac, posiblemente sin darse cuenta, vuelve a echar leña al fuego. Nadie, absolutamente nadie (y menos yo) niega que Porfi Fisac es un maestro de maestros a la hora de sacar zumo a una naranja de mesa y no de zumo. Pero sus caprichos de hablar o no hablar y de interpretar «su» realidad, ya sea en temas económicos, de cantera o como para proteger a su segundo entrenador (para mí no es una forma de protegerle, todo lo contrario, máxime cuando Iñaki Martín pretende ser o al menos juega a ser entrenador profesional.

Es la historia de un CB Valladolid descabezado en la que ni siquiera su director general, Moncho Arroyo, sabía nada del asunto. Vamos... como otras tantas cosas del club que se hacen a su espalda. La ‘ley de la transparencia’ ya sea con Vela, Felipe, Sunil, Moncho o Demóstenes, brilla por su ausencia.

Es la historia de un club que se empeña por capricho propio a estar en boca de todos. Y lamentablemente para hablar mal y tapar o minimizar una gran victoria en Palma.