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Valladolid reúne a Gregorio Fernández y Montañés, maestros que renovaron la imaginería

La catedral de Valladolid luce en una ambiciosa exposición más de 70 esculturas, pinturas y documentos que atestiguan la dimensión artística de los dos referentes del barroco 

El presidente de la Fundación Las Edades del Hombre, Abilio Martínez, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, y el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, inauguran la exposición 'Gregorio Fernández y Martínez Montañés: el arte nuevo de hacer imágenes',Rubén Cacho

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Valladolid

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Es, a decir de sus responsables, una exposición que busca «instruir, deleitar y emocionar». Una propuesta que sitúa al espectador en la España del 1600, azotada por la peste, una pandemia capaz de diezmar hasta la cuarta parte de la población de una ciudad como Valladolid. «Era un momento en el que había que desechar la imagen de un dios apocalíptico; había que cambiarlo por otro que recuperase la confianza de los hombres...», recordaban esta mañana en el interior de la seo vallisoletana Jesús Palomero y René Payo, comisarios de Gregorio Fernández - Martínez Montañés. El arte nuevo de hacer imágenes.

De la mano de la Fundación Las Edades del Hombre, la Archidiócesis de Valladolid y la Junta de Castilla y León, la muestra reúne en la Catedral más de 70 esculturas, pinturas y documentos que recuerdan el impacto de los dos grandes imagineros del barroco castellano y andaluz; dos genios que no llegaron a cruzarse en vida –más allá de que ambos optaran a realizar trabajos como el del gran retablo de la catedral de Plasencia, concurso que se llevó el vallisoletano– y que permitieron el salto del manierismo a un barroco naturalista.

«Ellos fueron los responsables de darle un nuevo rostro a dios; un rostro que ha pervivido hasta nuestros días», apuntaron antes de la inauguración en declaraciones a los medios. Los comisarios recordaron a otra insigne figura del XVII, Lope de Vega, que en 1609 publicó El arte nuevo de hacer comedias. «Él enseñó que no había que mostrar lo que es, sino la realidad que el pueblo quería ver», subrayó Palomero. Así, ese nuevo rostro no sería uno que cualquier devoto pudiera encontrar en las calles y plazas. «Bajo su apariencia natural debía esconder una idealización del bien. Y esa bondad se representaba con imágenes esbeltas, armónicas y bellas para despertar la devoción, pues la belleza era sinónimo de divinidad», abundó Palomero.

Concebida en 2019, Gregorio Fernández - Martínez Montañés. El arte nuevo de hacer imágenes reúne obras procedentes de conventos, iglesias y museos de Valladolid, Sevilla, León, Ávila, Palencia, Cáceres, Jaén, Granada o Cádiz.

Su relato comienza rastreando los orígenes de Gregorio Fernández (Sarria, Lugo) y Fernández Montañés (Alcalá la Real, Jaén), quienes triunfarían con sus talleres en Valladolid y Sevilla, respectivamente. Del primero se exhibe su lápida sepulcral, su partida de defunción o su conocido retrato realizado por Diego Valentín Díaz; del segundo, la pila en la que fue bautizado, el retrato que le hiciera Francisco Varela o el examen que realizó ante el gremio de escultores y entalladores.

A lo largo de seis capítulos, perfectamente delimitados en distintas estancias, el espectador podrá descubrir ‘El origen de dos estilos’, con obras de Pompeo Leoni y de Francisco del Rincón, en el caso de Gregorio Fernández, o de Pablo de Rojas y Jerónimo Francisco García, en el de Martínez Montañés.

Con un Ecce Homo, del vallisoletano, y un San Cristóbal o un San Francisco de Asís, del sevillano, la muestra inicia el relato ‘Hacia la configuración del naturalismo’.

En ‘Fieles a Trento’ se enfrentan las obras de uno y otro de manera nítida, mostrando su manera de abordar aspectos de los textos sagrados como la ‘Historia de la Salvación’, ‘La grandeza de María’ o ‘Los modelos de Santidad’.

En ‘Escultura y pintura’ la muestra reivindica la figura de maestros como Diego Valentín Díaz o Francisco Pacheco, colaboradores de los dos imagineros –recurrían a ellos para policromar sus tallas– y, a su vez, responsables de una obra pictórica propia –una Lactancia de San Bernardo en el caso del primero, que descansa junto a una talla con el mismo motivo del escultor– con la que labraron una prestigiosa trayectoria.

Para concluir, la muestra revisa ‘Unas estéticas en expansión’ reuniendo obras de discípulos como Andrés de Solanes, con su Paso de la Oración del Huerto; o Juan de Mesa, con su Cabeza degollada de San Juan Bautista. También se pueden contemplar sendos contratos por los que los maestros se encargaban de formar a los aprendices.

La muestra se cierra subrayando «la serenidad y la exquisitez de Martínez Montañés» y la «monumentalidad de Gregorio Fernández» con tallas como el San Jerónimo penitente del andaluz o el Cristo atado a la columna, el Cristo yacente o el Descendimiento de la cruz del castellano, composiciones que configuraron ‘Los grandes modelos’ aún hoy alabados.

Gregorio Fernández - Martínez Montañés. El arte nuevo de hacer imágenes permanecerá en la Catedral de Valladolid hasta el 2 de marzo de 2025. Con entradas a 5 euros, el horario de visita es de martes a viernes, de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 19.30 horas; de 10.00 a 20.00, los sábados; y de 11.15 a 20.00 los domingos y festivos.