Valladolid explora los orígenes del cine de la mano de Georges Méliès
La Caixa despliega en San Pablo una exposición con apoyo de La Cinémathèque Française sobre su contribución al cine de ficción
Fue realizador, guionista y hasta intérprete, y no dudó en construir su propio estudio de rodaje ni tuvo reparos en remangarse para diseñar y elaborar los decorados que debían enmarcar sus historias, como muestra una antigua fotografía de La Cinémathèque Française. Fue tal su entrega que hasta contribuyó a impulsar la producción y distribución de películas –más de 500 películas entre 1896 y 1912–. En plena Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Fundación Municipal de Cultura, de la mano de la Fundación La Caixa, recuerda a uno de los pioneros del séptimo arte: Georges Méliès.
La plaza de San Pablo acoge desde ayer la muestra itinerante Empieza el espectáculo. George Méliès y el cine de 1900, que a través de una selección de proyecciones, dibujos, fotografías y carteles –parte del material prestado por la citada institución francesa–, propone un recorrido por los orígenes del medio y por la vida y obra del francés, «un auténtico hombre orquesta entregado a la magia del cine y las historias fantásticas» en un momento en el que imperaba un enfoque documental. Si los Lumière registraron con su cinematógrafo El baño en el mar a finales del XIX –algunos de sus trabajos se pueden contemplar en la exposición, frente a una reproducción de su cinematógrafo–, Méliès sorprendió a sus coetáneos con un Viaje a la luna o un Viaje a través de lo imposible a comienzos del XX.
Un soñador que acabó arruinado, regentando una tienda de juguetes en Montparnasse y casi condenado a caer en el olvido, pese a haber asombrado a los hombres y mujeres de su tiempo con unas historias que incluían efectos pirotécnicos, efectos ópticos, desplegables, sobreimpresiones o efectos de montaje y de color.
Empieza el espectáculo invita al espectador a adentrarse en un espacio de 100 metros cuadrados que evoca una antigua y elegante carpa de circo decimonónica. «Esas carpas se levantaban en los barrios industriales, el lugar donde el cine acabó convirtiéndose en un fenómenos de masas», explicó durante la inauguración el asesor de la muestra Jaime González, que en tres ámbitos aborda el contexto en el que trabajó Méliès, la experiencia cinematográfica –desde una maqueta de su estudio de rodaje hasta bocetos preparatorios– y la realización de uno de sus trabajos más singulares: Viaje a la luna.
El teatro, el cabaret o el circo, el mundo del ilusionismo y de las artes adivinatorias, eran los espectáculos al alcance de la mano a finales del XIX, y era el entorno en el que Méliès nutrió su mirada durante una década. Empieza el espectáculo lo recuerda, con carteles de los espectáculos de Houdin, con noticias que daban fe del incendio que asoló el Bazar de la Charité, o con imágenes que plasmaban el significativo jugueteo de Méliès con una máscara de Belcebú. Y recoge el testimonio de profesionales como los directores Borja Cobeaga y Javier Ruiz Caldera, o como el productor Enrique López Lavigne, que rinden tributo a la figura del francés.
La exposición permanecerá en la plaza de San Pablo hasta el próximo 26 de noviembre.