Carlos Cartaxo desborda su abstracción en el MAC Florencio de la Fuente

El artista vallisoletano Carlos Cartaxo (1978) protagoniza la última exposición individual en el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente, en la localidad conquense de Huete, en cuya colección se custodian obras de Pablo Picasso, Salvador Dalí, Francisco Bores, Oswaldo Guayasamín, Gerardo Rueda o Cristina Lucas. Hasta el próximo mes de febrero exhibirá Junto al muro, habita lo nuevo.

«Es un proyecto de profunda introspección, que recoge todas mis inquietudes acerca de mi trayectoria trabajando con la pintura y que empezó hace algo más de una década», resume el creador vallisoletano, que despliega una treintena de obras en las paredes del centro –dirigido por los artistas Mario Guixeras y Consuelo Chacón–, enclavado en el antiguo refectorio del convento de la Merced (XVII).

«Hay un interés que subyace en toda mi obra, que siempre está en mí, que tiene un componente íntimo, reflexivo. Como esa especie de miscelánea de utilizar la carne del óleo en los soportes, sean o no tradicionales, que va a continuar conmigo toda la vida, que tiene que ver con mi forma de entender la esencia del pintor, como la tela, la contención, las expresiones mínimas... Nunca se va a sustituir y siempre va a permanecer en paralelo a cualquier otro proyecto diferente que pueda emprender. Los lenguajes abstractos necesito dilatarlos para ejercer una exploración. Pero siempre hay algo que es constante, que es esa conexión con lo introspectivo, con lo espiritual. Esta muestra es un ejemplo de ello», reflexiona el artista vallisoletano en declaraciones a este diario.

En el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente, esa «carne del óleo» se hace presente, palpable, en el trazo cargado de materia que aplica Cartaxo, que en ocasiones se desprende voluntariamente de la medida limpieza y pulcritud que podían tener trabajos del pasado. En Junto al muro, habita lo nuevo hay gesto, hay mancha, hay color que se expande por los bordes del cuadro, hay pequeños elementos gráficos que ordenan el espacio de manera sutil, hay elementos germinales en lienzos bañados por un paño de color en los que casi todo sucede en los márgenes.

«Sale a florecer una actividad pictórica muy directa, con más o menos materia pictórica según la ocasión. Me dejo llevar por una absoluta libertad expresiva. Se acerca a la abstracción habitual que he realizado y sigue habiendo una relativa inclusión de geometrías, pero son geometrías desbordadas por el acto pictórico», resume Cartaxo.

Reúne en Huete 29 pinturas, en pequeño y gran formato, y dos «pinto-esculturas», más orgánicas, que como adelanta el propio artista vallisoletano marcarán el inicio de su próxima exposición en el Museo, en 2026.