El Museo Nacional de Escultura rastrea en Andalucía el legado de Luisa Roldán

El próximo 28 de noviembre, el Museo Nacional de Escultura de Valladolid inaugurará la exposición Luisa Roldán. Escultora Real, que pasará a la historia íntima de la institución por ser la primera muestra monográfica que la institución dedica a una mujer artista. Para construir buena parte de su relato, los comisarios Miguel Ángel Marcos, conservador del MNE, y Pablo Amador, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM(México), han rastreado la huella visible de la escultora en su Andalucía natal.

Para contar la historia de La Roldana (Sevilla, 1652 - Madrid, 1706), Marcos y Amador traerán a Cadenas de San Gregorio, entre otras, cerca de una veintena de obras procedentes de templos, conventos, cofradías o hermandades de Sevilla, Cádiz, Granada o Jerez. Además, junto a otras tallas y trabajos en barro policromado procedentes de colecciones particulares, Luisa Roldán. Escultora Real también reunirá maderas talladas por la imaginera como el San Antonio de Padua con el Niño Jesús que se custodia en la parroquia tinerfeña de San Pedro Apóstol, en El Sauzal; El Niño del Dolor que se guarda en la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, en Pamplona; o el San Fernando que adorna la Catedral de Canarias.

La muestra, como advertían desde el MNE el pasado mes de abril en un comunicado, quiere plantear un discurso transversal que refleje el contexto artístico y social en el que Luisa Roldán desarrolló su prolífica carrera, desde su etapa de formación en el ámbito sevillano, hasta el éxito alcanzado en la corte madrileña como Escultora Real, cargo que llegó a ocupar para dos monarcas diferentes pertenecientes a dinastías distintas: Carlos II y Felipe V.

Sevilla fue testigo de su aprendizaje y de sus primeros trabajos. Tras un paso por Cádiz, a mediados de los ochenta, donde realizó diversos encargos para el Cabildo de la Catedral, se trasladó a Madrid donde logró ser nombrada, en 1692 –casi cuatro años después de llegar a la capital– Escultora de Cámara. Distintos momentos vitales que serán visibles, en el MNE, a través de obras como sus tallas San Dimás, Jesús despojado de sus vestiduras o Gestas, de 1678, que forman parte de un paso procesional de la Hermandad de La Exaltación de Sevilla. O de San Germán y San Servando, patrones de Cádiz, realizados en 1687 para el Cabildo de la Catedral. O de un Nacimiento con San Gabriel y San Miguel en barro policromado realizado en 1701.

De igual modo, en su deseo de mostrar el contexto en el que se desarrolló Luis Roldán, mostrará trabajos de su padre, como un San Roque de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla, de los años setenta del XVII, o dos maderas policromadas que realizó –al fallecer la escultora– su primo Pedro Duque Cornejo, para la también hispalense Hermandad Sacramental de las Tres Caídas: un Santiago el Mayor y un Rey Salomón. No faltarán un óleo tardío de uno de los maestros del barroco como Juan de Valdés Leal, amigo y colaborador de Pedro Roldán, de quien el Museo de Bellas Artes de Sevilla prestará su Taller de Nazaret, o un busto del Ecce Homo en barro policromado de Nicolás de Bussy Mignan, nombrado también Escultor de la Corte en 1689. Mención aparte merece el pintor Antonio Palomino, de quien la Universidad de Salamanca prestará un Retrato del rey Felipe V realizado al óleo sobre lienzo: discípulo de Valdés Leal, el pintor y tratadista incluyó a Luisa Roldán en su volumen El Parnaso español, pintoresco y laureado.