El homenaje a las librerías pone el sello final a la Feria del Libro de Valladolid

La Feria del Libro se despide un año más de la Plaza Mayor de Valladolid. El sello final de esta 57 edición fue el homenaje a las librerías de la ciudad, personalizado en las tres más veteranas; Los Arcos, Clares y Sandoval. Así, sus propietarios recibieron de manos de la concejala de Educación y Cultura de Valladolid, Irene Carvajal, la escultura conmemorativa del artista Miguel Ángel Tapias a partir del diseño del artista Manolo Sierra que representa el logotipo de la feria.

Los libreros reflexionaron sobre la profesión. Fernando Mateos, propietario de la librería Clares comentó que los clientes "juegan un papel muy importante. Me preguntan estos días si la función del librero es recomendar y no estoy muy seguro de eso y no me parece fácil, pero a mí me gusta darle la vuelta al asunto y disfruto más de las recomendaciones que me hacen mis clientes", afirmaba en declaraciones recogidas en un comunicado del Ayuntamiento.

Por su parte, Miguel Ángel Hernández, de la librería Los Arcos, ha enfatizado en la relevancia del servicio y la atención personalizada como pilares de su longevidad en el negocio. Para él, conocer los gustos y necesidades de cada cliente y ofrecer amabilidad es fundamental, algo que considera insustituible por las grandes superficies o el comercio online. "Aguantar mucho no, conocer a tus clientes y saber a cada uno cómo le tienes que tratar, saber sus gustos y sobre todo dar servicio y amabilidad", recoge el comunicado.

Por último, Miguel Jesús Sánchez, otro de los homenajeados, ha compartido su visión sobre la resistencia en el mundo de las librerías. El librero contaba que la vocación y el amor por los libros es el secreto de la profesión. Además, para él "los libros son un sembrado de ideas que son muy necesarias en el mundo actual", afirmó en el comunicado.

El balance, en palabras de la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal, "no ha podido ser más positivo". Y es que esta 57 edición de la Feria del Libro ha gozado de la visita de más de 80.000 personas. Una cifra que convierte a este evento en una de las programaciones culturales más destacadas de Castilla y León. Gracias a la extensa oferta de puestos y de actividades, la Plaza Mayor se ha convertido en el epicentro de la literatura durante los último diez días.

“Ha sido una feria sensacional y así nos lo han trasladado los profesionales, los escritores y el público”, afirmó Carvajal, quien además mostró su voluntad de seguir trabajando en mejorar el formato y hacerlo más atractivo para todos los públicos, recoge el comunicado. De esta manera, aclaraba la concejala, comienza el trabajo para la siguiente edición de la Feria del Libro con la premisa de que “la literatura, la buena literatura sea la gran protagonista”.

El evento ha captado vallisoletanos de todas las edades, atraídos no solo por los diferentes puestos de venta de libros. Las diferentes firmas de varios autores han sido las actividades más destacadas de esta edición, con escritores de la talla de Inma Rubiales, César Pérez Gellida, Andrea Longarela, Blue Jeans, o Fernando Aramburu cuyos seguidores estuvieron en algunos casos hasta dos horas esperando su turno para conseguir esa firma y fotografía con los autores.

Por otra parte, las actividades de promoción de la lectura también han contado con una alta participación, con un lleno en todos ellos y con la necesidad, en algunos casos, de habilitar más mesas de las previstas inicialmente para atender a la gran demanda del público familiar, que se acercaba con los niños y niñas tanto a los cuentacuentos como a los talleres de ilustración.

En cuanto a las ventas y al apartado comercial de la feria, ha sido “buena” y han apuntado a dos claves, la programación de actividades enfocadas a gente de todas las edades y el emplazamiento en la Plaza Mayor, que ha servido para visibilizar la feria y que, a juicio del presidente del Gremio de Libreros, Pablo de Garay, "es el mejor" para celebrar la feria del libro.