El Teatro de Calle busca sus primeros aplausos con mucho circo y un homenaje

Llegó el día. Al ritmo que marquen la música y las acrobacias humorísticas de la portuguesa Mimo’s Dixie Band comenzará esta tarde la vigesimoquinta edición del Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid. Arranca la primera de las cinco jornadas programadas por el TAC, con diez propuestas vespertinas. Y, a juzgar por cómo ‘volaron’ las entradas para la docena de espectáculos con aforo limitado, agotadas al poco tiempo de ponerse a disposición del público, bien podría decirse que la ciudad tiene ganas de vibrar con las artes escénicas.

Circo, mucho circo, en esta primera jornada –en sus más variadas formar de expresión–, a cargo de compañías como La Corcoles, Vol’e Temps, Bivouac o Martí Soler. Y un homenaje poniendo la carga emocional al día, como el que recibirá la bailarina y coreógrafa francesa Claire Ducreux al recibir El Comediante de Eduardo Cuadrado, en reconocimiento a una trayectoria que ha corrido en paralelo a la propia historia del festival, que desde que en 1999 la recibiera –y premiara– con Fragile ha visto desplegar otros trabajos suyos como Avec le Temps (2019), Silencis (2016) o La sonrisa del náufrago (2012). Este año, claro, también mostrará su arte, presentando Fleurir les abîmes, en las ruinas de la colegiata de Santa María la Mayor, así como Poèmes, un trabajo rodado en parte en Valladolid que proyectará en los Cines Casablanca.

Serán, así pues, cinco intensos días para disfrutar de más de 200 actuaciones ofrecidas por 43 compañías –15 de ellas procedentes de fuera de España– en 38 rincones de Valladolid. Propuestas con las que el TAC quiere celebrar «la vida en Comunidad», caracterizadas por su «alta calidad, rica y variada en disciplinas, formatos y audiencias», destinadas a ofrecer «una panorámica representativa de la creación contemporánea en el ámbito de las artes vivas de calle», en palabras de los responsables del Festival de Teatro de Calle. Propuestas, como la que desarrollará David Montero con los vecinos del barrio Girón –con quienes lleva trabajando desde hace días– en TurismoInterior vol#8, destinadas a transformar el espacio y a quienes lo habitan.

Algunos de los montajes tendrán carácter de estreno. Es el caso de Mover montañas, lo último del actor, bailarín, coreógrafo y director de escena vallisoletano Alberto Velasco, que regresa al festival donde consiguió sus primeros reconocimientos, con Vaca! o Mademoiselle Monarquía. El intérprete levantará en el Campo Grande un encargo del festival con el que revisa la tradición bailada de la tierra, una propuesta atravesada también por sus vivencias más íntimas.

También estrenarán David Díez Méndez y su KoleKtiv Lapso Cirk Qoroq, en la Cúpula del Milenio. Y la agrupación vocal Tag Time, dirigida por Ignacio Nieto, con su itinerante La increíble barbería ambulante. Y Alba Sarraute & Les Ofélies, con La innombrable. Una tragedia mediterránea inspirada en Macbeth.

A estos atractivos podría sumarse, por si hiciera falta algún reclamo, el regreso de artistas como Yoann Bourgeois, Nacho Vilar o Trapu Zaharra. También otros site specific como el de Montero, caso de las compañías Llum de Fiudeu para la bajada de la Plaza de Poniente hacia Las Moreras, Sfumato; Elías Aguirre, en las Aceñas del Pisuerga con Seismic Orchestra; y Pau Arán, en el Claustro del Museo Nacional de Escultura, con Seeking the Truth.

Arán, que durante 15 años formó parte del Tanztheater Wuppertal de Pina Bausch, ofrecerá uno de los estreno en España del festival. Habrá más, con la portuguesa Teatro do Mar y su Numb; las francesas Super Super, con Plouf & Replouf, y Le Cirque Graphique, con Tendrure; o la lituana Seiko Dance Company, con Drifted.

Y no faltarán los grandes despliegues en el TAC, que convertirá la Plaza Mayor en un salón de baile con la compañía francesa Transe Express y su espectáculo Cristal Palace.