Las vírgenes y mártires de Gregorio Fernández bajan a tierra en Valladolid
Como hiciera con una muestra dedicada a los padres de la iglesia, la iglesia de San Miguel y San Julián descubre a sus ‘Santas Mujeres’ con ocho bustos del genio del barroco
«Lo que no se conoce no se valora y no se cuida», sostiene Javier Carlos Gómez, párroco de la Iglesia de San Miguel y San Julián. Por segundo año consecutivo, y de nuevo en colaboración con la Fundación Las Edades del Hombre, el templo vallisoletano muestra sus tesoros como pocas veces antes con la exposición Santas Mujeres, que despliega en la sacristía de la parroquia ocho bustos tallados por Gregorio Fernández en la segunda década del 1600, tallas que el público podrá disfrutar frente a frente, deleitándose con cada detalle.
Si el año pasado la propuesta expositiva se centró en los llamados Padres o Doctores de la Iglesia, en esta ocasión se reúnen, hasta finales de junio, las Mártires Margarita, Inés, Catalina y Bárbara, así como Apolonia, Cecilia, Águeda y Lucía; las cuatro primeras procedentes del retablo de San Ignacio y el resto, del de San Francisco Javier.
«A raíz de aquella primera exposición, por la que todavía nos pregunta la gente, tomamos la iniciativa de organizar una segunda exposición», justificó durante la inauguración su comisario Jesús Manuel Losa, vinculado a la parroquia desde hace más de dos décadas. «En esta iglesia hubo el proyecto de un monumental retablo relicario que los jesuitas le encargaron a Gregorio Fernández. Talló numerosos bustos, pero el proyecto se abandonó», subrayó esta mañana Losa.
«Esta es una apuesta por el turismo religioso, que es un dinamizador cultural de primer orden», defendió Olalla González, de la Fundación Las Edades del Hombre, que remarcó la «vertiente didáctica» de una muestra como esta. «Son obras que siempre están visibles, pero que nunca pueden contemplarse tan al detalle como hasta ahora», abundó.
Así, en la sacristía, los visitantes pueden contemplar, por ejemplo a una Santa Bárbara en madera policromada que alza la vista a los cielos: vestida a la manera de las mujeres romanas, lleva en su mano un libro, símbolo de la sabiduría y uno de los atributos con el que se la suele representar junto al rayo –el que, dicen, acabó con el verdugo que la decapitó–. Inconfundible también, con ese órgano a su espalda, el retrato de Santa Cecilia –la patrona de los músicos–, retratada por Gregorio Fernández en actitud lectora.
También se recuerda en la exposición Santas Mujeres los martirios de Santa Apolonia –aquí , mostrada sin las tenazas–, o de Santa Lucía y Santa Águeda en dos representaciones de lo más elocuentes, sosteniendo los ojos y los senos que, según cuenta la tradición, perdieron a manos de sus verdugos.
La muestra estará abierta al público hasta el próximo 30 de junio, de martes a sábado, en horario de 11.15 a 13.30 horas y de 18.00 a 20.30 horas.