La fragilidad, retratada en EEUU por una artista de Valladolid
La vallisoletana Saelia Aparicio luce su obra en Los Angeles al participar en la primera exposición en suelo americano de su galería inglesa
Una imagen de las obras de Saelia Aparicio en Los Angeles. | G. FUMI
La londinense Gallery Fumi –espacio fundado en 2008 y dedicado al diseño y al arte contemporáneo– cruza el océano con sus artistas para celebrar su primera exposición en suelo americano, mostrando hasta el próximo 9 de marzo en el interior de Sized Studio, en Los Angeles, el trabajo de una veintena de creadores internacionales, procedentes de Reino Unido, Italia, Países Bajos, Alemania, Finlandia, China, Japón o Grecia. Una nómina de autores en la que destaca el nombre de la vallisoletana Saelia Aparicio (1982), única creadora española presente en Fumi LA.
Aparicio, entre otras obras, presenta Esfinge absorta , un «poderoso y monumental» biombo «con forma de mujer acurrucada que rezuma presencia física y fragilidad», tal y como advierten desde el citado espacio. La pieza ha sido realizada en contrachapado de abedul tintado.
La artista vallisoletana también despliega tres obras con las que sigue explorando una línea de trabajo muy reconocible en su trayectoria en los últimos años, y es que ya mostró algunas propuestas similares, por ejemplo, en 2017, con Your consequences have actions , en su primera muestra individual en Reino Unido, en The Tetley.
Junto a ‘Anousha’, las obras ‘Tai’ y ‘Flick’, de Saelia Aparicio. | G. FUMI
Así, junto al citado biombo, Aparicio asienta bancos también en madera contrachapada en los que se siguen percibiendo esas frágiles presencias. Sin embargo, en dos de ellos, esas figuras retorcidas, dobladas, casi resignadas, parecen guardar en sus manos el germen de algo bello, algo que promete romper con la oscuridad interior de las protagonistas, como ocurre con Tai y Flick . Las cuatro piezas han sido realizadas el año pasado por la artista vallisoletana.
Sized Studio está localizado en el corazón de la ciudad californiana, en un edificio levantado en 1938, que durante años fue un templo para los cinéfilos convertido en The Clinton Theatre.