Ruth Gómez mira a Japón para celebrar con su obra la belleza de la imperfección
La artista vallisoletana inaugura en Factoría de Arte y Desarrollo una muestra que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid
La artista vallisoletana Ruth Gómez despide el año protagonizando en Factoría de Arte y Desarrollo de Madrid la exposición Procesos entre el Aware y el Ikiga i, un proyecto que se nutre de sus vivencias en Japón, en verano de 2023, cuando en plena temporada de lluvias visitó las ciudades de Tokio, Kioto, Nara y Osaka; los cinco lagos alrededor del monte Fuji; y, finalmente, el monte Koya, referente del budismo shingon en Japón y lugar de peregrinación y retiro espiritual.
La vallisoletana, que acaba de formar parte de la colectiva Los Doscientos , exposición comisariada por Rafael Doctor en el Centro Cultural de España en Costa Rica con trabajos de creadores como Cristina Lucas, Pierre Gonnord, Enrique Marty, Cristina Toledo, Ana de Alvear o Julio Falagán, ha contado para poder llevar a cabo su proyecto con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, a través de su programa de ayudas a la creación y la movilidad.
«Me acerqué a la cultura japonesa en búsqueda de unos valores estéticos diferentes, interesándome en conceptos como el ‘Wabi sabi’, que hace referencia a la belleza de la imperfección, la impermanencia y lo incompleto: la importancia de la simplicidad y la ausencia de simetría, el orden y la progresión lógica en las imágenes. También, para comprender términos filosóficos como ‘Ikigai’ (lo que da sentido a tu vida, la razón de ser) y ‘Aware’ (un sentimiento profundo provocado por la belleza efímera de la naturaleza). El viaje me ayudó también a descubrir otro tipo de paisajes, naturales y urbanos», reflexiona la artista con motivo de la exposición, que podrá verse en el citado espacio desde el día 12 de diciembre hasta el 5 de enero.
En ese sentido , Procesos entre el Aware y el Ikigai pretende ser, en palabras de Ruth Gómez, «un estudio y una forma de conectar con un estilo de vida distinto, desde la fascinación, la curiosidad y la experimentación. Y, además, es una reflexión ante una serie de fundamentos artísticos que prescinden de normas y reglas occidentales y que son más cercanos a la Naturaleza, la introspección y la fantasía». Un proceso en el que la artista también se ha adentrado en disciplinas como la caligrafía japonesa (Shodo) o la pintura con tinta negra (Sumi-e).
Por las paredes de Factoría de Arte y Desarrollo fluirán peces Koi, símbolo de fraternidad, al tiempo que la artista retrata, con su inconfundible estilo colorista y preciso, a unos apacibles monos de la nieve, o sugiere la presencia de unos mininos de ojos bicolores, apenas presentes.